El estallido de la pandemia Covid-19 constituye quizás uno de los acontecimientos más importantes de las últimas décadas a nivel global. Esto es así, porque ocurre en un tiempo histórico de una profunda crisis y transición intrasistemica, en cuyo marco se despliega una profunda disputa por el control-dominio de la humanidad, de los bienes naturales, los recursos estratégicos y la prolongación del capitalismo como sistema hegemónico global, que enfrentan a los grandes corporaciones y su plan de control planetario, el imperio norteamericano y su pretensión de preservar-robustecer su hegemonía global, así como Rusia y China quienes abogan por un mundo multipolar que permite la cooperación global, potencia el multilateralismo y la coexistencia pacífica entre los pueblos. De manera paralela a la implementación de las distintas modalidades de la guerra no convencional, se constata la sofisticación de los mecanismos de espionaje global, control social de la ciudadanía, y manipulación masiva de las masas por parte de los grandes capitales mediáticos que pretenden moldear percepciones y modificar practicas socio-políticas y culturales. Descartar, por lo tanto, tajantemente que la pandemia sea producto de la guerra bacteriológica, es acaso un acto de imperdonable ingenuidad política.