La Pontificia Universidad Católica de Perú fue la sede del Congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA 2017), convocado, para debatir sobre el escenario político, económico, social y cultural actual del continente, aunque en realidad se trataba de montar otro escenario de provocación contra Cuba y Venezuela.
La reunión fue precedida por una Declaración sobre Venezuela firmada por 15 miembros de su Comité Ejecutivo, que despertó la repulsa de varios de los miembros de la organización, que difundieron un comunicado bajo el título “LASA no es la OEA, a propósito del hecho de que la provocación tendría un solista estelar, el secretario general de la OEA y principal propulsor de la ofensiva antivenezolana, Luis Almagro, invitado de honor del congreso.
La LASA se “presenta” como la “asociación profesional más grande del mundo que reúne a individuos e instituciones dedicados al estudio de Latinoamérica, con más de 12 mil socios”, de los cuales la mitad reside fuera de Estados Unidos. La misión de los “expertos latinoamericanistas” de LASA es enseñar a los latinoamericanos cómo quieren que sea Latinoamérica “e incentivar el compromiso cívico a través de la construcción de redes y del debate público”.
Obviamente, el evento académico tuvo siempre la intención de ser utilizado para arremeter contra los gobiernos de Cuba y Venezuela, con la presencia de Almagro, quien acaba de recibir un premio de Freedome House, una ONG estadounidense filial de la CIA, obsesionado con intervenir en Venezuela, abortada en principio por la decisión del gobierno de Caracas de salir definitivamente de la Organización de Estados Americano (OEA).
Para este congreso, LASA garantizó la presencia de académicos venezolanos con experiencia en temas como las protestas populares, la violencia, los discursos políticos, muchos de ellos asesores de la dirigencia opositora, incluso para la perpetración de sus actos terroristas y vandálicos.
Por ejemplo, el Panel Venezuela ¿continuidad o cambio?, presentó como principal ponente a la venezolana Miriam Kornblith, directora desde el 2006 de la National Endowment for Democracy (NED) para América Latina y el Caribe, una reconocida pantalla de la agencia estadounidense de inbteligencia CIA, financista tanto de acciones políticas como terroristas.
Kornblith residente en EEUU, pero es bien recordada en Venezuela desde que en marzo de 2015 entró al pais con el objetivo de financiar a los partidos opositores y a los candidatos de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) a las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre. Para ello, Kornblith, en una acción cinematográfica, se cortó y tiñó el pelo, usó un nombre falso (Sarah Collins) para registrarse en un hotel y utilizó varios vehículos en sus desplazamientos, con el fin de despistar a las autoridades.
Asimismo, la organización del panel Formas de la Política en América Latina del siglo XXI, quedó en manos de Margarita López Maya, historiadora y profesora de la Universidad Central de Venezuela (UCV), autocalificada experta en temas sobre protesta popular, autora de una ponencia sobre la protesta popular y su lugar en un proceso de institucionalización democrática para Venezuela.
En su cuenta de twitter (@mlopezmaya) deja en claro una activa interacción con los principales autores de las acciones terroristas desarrolladas por la oposición como Henrique Capriles, Julio Borges y José Guerra, así como con ONGs financiadas por EEUU, como Provea. Es difusora, también, de las convocatorias a las manifestaciones violentas por parte de la MUD y eventual guionista de las denuncias de que la Guardia Nacional es quien reprime y mata, cuando las evidencias demuestran lo contrario.
Un panel que bien podría haber servido para hacer un llamado a cesar el terror y la promoción del caos y abogar por la pacificación del país (y toda la región latinoamericano-caribeña), fue utilizado para seguir manipulando la situación real de Venezuela, y avivando el fuego a los plantones y a los actos vandálicos y terroristas de la oposición, con los cuales se identifica López Maya.
En una entrevista realizada por el semanario La Razón en marzo último, la historiadora afirma que en Venezuela subsiste “un régimen represor, autoritario y patrimonial cuyo único fin parece ser la supervivencia política de la élite gobernante y el debilitamiento de la disidencia a través de la persecución y militarización, sin posibilidades de convocar a elecciones. (…) Directamente se opone a un diálogo, promovido por Unasur y que involucra a tres ex presidente y al Vaticano, y señala que “Los escenarios de una salida negociada pueden llevar al sector militar a imponer una dictadura más eficiente pero más restrictiva”.
En el panel que llevó el llamativo y futurista nombre de Venezuela post-chavista: crisis, conflictos y transformaciones, participó Yorelis J. Acosta, profesora de Psicologia de la UCV y la Universidad Católica Andrés Bello, investigadora de temas relacionados con las protestas, la violencia y los discursos políticos, quien también se mantiene activa en Twitter (@yorelisaco) difundiendo los mensajes de Capriles, Borges, Guerra y convocando a los actos desaestabilizadores de la oposición.
LASA, la NED y los contrarrevolucionarios cubanos
El congreso de LASA convocó también a disidentes cubanos, muchos residentes en Estados Unidos. Lo cierto es que no solo la OEA ha aprovechado este contexto para ejecutar acciones contra Venezuela, sino que la presencia de Kornblith y la NED demuestra que esta organización filial de la CIA ejecutó a través de la llamada Plataforma de Integración Cubana (PIC), parte de los fondos que recibe del Departamento de Estado, en el financiamiento de pasajes y estancia de varios contrarrevolucionarios cubanos, con el fin de hablar contra el gobierno cubano.
Más allá de lo que pudieran decir en los paneles, el principal objetivo de la NED es darles visibilidad internacional en el afán de Washington de presentarlos como eventuales candidatos para las elecciones en Cuba en el 2018.
Así participan en el foro dirigentes contrarrevolucionarios como Manuel Cuesta Morúa y Juan Antonio Madrazo Luna, entre otros, en el panel Afrodescendencia en las Américas, con el fin de acusar a Cuba de practicar una política racista contra la población negra, a pesar de los logros alcanzados en esta temática por el gobierno cubano.
La Plataforma de Integración Cubana, presidida por el Juan A. Alvarado, es una de las piezas impulsadas por el gobierno estadounidense para desarrollar el trabajo desestabilizador y subversivo contra Cuba, por ejemplo el financiamiento y desarrollo desde la NED de un programa de capacitación a la contrarrevolución en Cuba, en busca de un cambio de régimen.
No se puede dejar de mencionar que, paralelamente, el gobierno estadounidense, a través de la USAID, financia ONGs locales en varios países de la región (incluido Perú) para desarrollar supuestos proyectos comunitarios, dirigidos principalmente a la comunidad LGTBI y la negritud, ligados a temas de liderazgo político, con la única intención de asegurar una base política en estos países que en un momento determinado respondan a los intereses del gobierno estadounidense.
La presencia de los contrarrevolucionarios cubanos en el congreso de LASA también contó con el apoyo de varias organizaciones no gubernamentales peruanas financiadas por EEUU a través de su embajada en Lima, como la red de Afrodescendientes de Perú-Ashanti, presidida por Marco Antonio Ramirez (su padre Rafael y su hermano del mismo nombre mantienen estrecha relación con la USAID), y el Centro de Desarrollo de la Mujer Afro, en Lima, dirigido por Cecilia Ramírez.
Lima fue escenario de este nuevo espectáculo contra la soberanía de Venezuela y Cuba, con la participación del “impresentable” Luis Almagro, que los medios hegemónicos de comunicación seguramente se encargarán de difundir y magnificar.
*Sociólogo venezolano, investigador del Observatorio en Comunicación y Democracia y del Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE)