Las delegaciones del gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) retomarán sus diálogos con el reto de definir aspectos cruciales para alcanzar la anhelada paz.
Entre esas cuestiones destacan los términos del cese el fuego bilateral, la dejación de armas, desmovilización y reintegración a la sociedad de los guerrilleros tras el fin de un conflicto armado de más de medio siglo.
Un punto espinoso en la agenda de las conversaciones, que también debe dilucidarse en este o los ciclos más inmediatos, es la definición del mecanismo mediante el que será refrendado por el pueblo todo lo consensuado en La Habana.
El gobierno del presidente Juan Manuel Santos da preferencia a un plebiscito popular, mientras que la agrupación insurgente reclama la celebración de una Asamblea Nacional Constituyente.
Según aseguró el lunes el abogado Humberto de la Calle, jefe de la delegación gubernamental, los voceros del Ejecutivo vuelven a la mesa de concertación con la pretensión de impulsar lo que calificó de etapa final de las pláticas.
Mediante este método, desde 2012 ambas delegaciones buscan una salida colegiada a la guerra interna, proceso que podría finalizar con la firma de un tratado pacificador cerca del 23 de marzo, fecha anunciada en septiembre de 2015 por el Ejecutivo, o semanas después.
Hasta el momento, han conciliado posturas en temas como reforma rural integral, participación política, combate a las drogas ilícitas y reparación a las víctimas del conflicto, que ha ocasionado el deceso de unas 300 mil personas y el desplazamiento forzoso de cerca de seis millones.