Seminario internacional de Comunicación para la Integración
Fortalecer la comunicación es vital para cualquier proyecto de transformación en el continente
Tatiana Carlotti. Fotos: Priscila Ramos/MST
Jueves, Septiembre 26, 2024
Foto: Priscila Ramos/MST (@cylabg)

Las experiencias de la comunicación popular en Argentina y Bolivia y la situación actual de estos países tras el ascenso de la extrema derecha. Y las experiencias de Cuba y Venezuela en la construcción de comunicación popular y alternativa, con el objetivo de romper el cerco de la prensa corporativa, dentro y fuera de estos países.

Por Tatiana Carlotti
Fotos: Priscila Ramos/MST

Estos fueron los principales temas discutidos el sábado (21/9), durante el Seminario Internacional de Comunicación para la Integración, en Armazém do Campo, en São Paulo. Organizado por el Centro de Estudios de Medios Alternativos Barão de Itararé en colaboración con la agencia Inter Press Service (IPS), el debate sobre el fortalecimiento de los medios independientes fue coordinado por la periodista y miembro del Barão de Itararé, Vanessa Martina-Silva (Diálogos do Sul Global). Del seminario participaron presencialmente la periodista argentina Úrsula Asta, integrante del colectivo coordinador de Rádio Gráfica, locutora radial de Sputnik y asesora de políticas públicas; y la abogada feminista boliviana Canela Crespo, integrante de Casa Tomada – Coletivo Comunicacional de Izquierda.

A distancia, desde Cuba, el periodista Alcides García, director de la productora audiovisual Videos Crisol, miembro de la Red de Educadores y Educadoras Populares de la Asociación Centro Memorial Martin Luther King y excoordinador de la Secretaría de Comunicación de la Secretaría Operativa para la Articulación Continental de Movimientos hacia el ALBA (2015 a 2022). Y desde Venezuela, la politóloga Jennifer Mujica, creadora de contenidos digitales para El Mundo Al Revés y la Agencia Venezuela Noticias.

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Argentina: comunicación bajo ataques de Milei

La periodista argentina Úrsula Asta, locutora de radio de Sputnik y asesora de políticas públicas, contó la experiencia de la comunicación popular en Radio Gráfica, con sede en Buenos Aires; y brindó una visión general del sector en Argentina bajo el gobierno de extrema derecha de Javier Milei.

Foto: Priscila Ramos/MST (@cylabg)

Radio Gráfica surgió de la recuperación de una fábrica por parte de trabajadores argentinos a finales del siglo XX, en medio de la crisis económica, social y política que azotaba al país. Creada y mantenida por decisión de los propios trabajadores, la organización sigue vinculada al mundo sindical y, además de la radio, crearon la Cooperativa Gráfica, montaron una escuela primaria pública y también un centro de salud vinculado al Hospital Argerich de Buenos Aires. “Un polo productivo con cuatro instituciones que aún hoy funcionan”, señala.

En 2009, dice Úrsula, el gobierno de Cristina Kirchner sancionó una ley sobre el servicio de comunicaciones en el país, poniendo fin a las normas durante el período militar. La nueva ley supuso un avance al establecer que el 33% del espectro radioeléctrico -a través del cual se transmiten canales de televisión y radio- se destine a medios con fines de lucro y, de la misma manera, que el 33% se destine a medios públicos y el 33% a organizaciones sin fines de lucro. Con esta medida, señala Asta, se legalizaron las cooperativas y medios alternativos existentes.

La orientación de este movimiento fue construir desde las bases: desde abajo hacia arriba y desde la agenda local e internacional. Este proceso, sin embargo, sufriría un revés con la llegada de Macri al poder. “En menos de un mes se emitieron tres decretos que cambiaron completamente esta ley, especialmente en sus aspectos fundamentales relacionados con la concentración de medios y la autoridad que la regulaba”, afirma.

Ahora, evalúa Asta, “Argentina atraviesa un momento político muy terrible y necesitamos reflexionar sobre cómo una figura como Javier Milei llegó al poder en el país. Su elección no significa que la sociedad se haya derechizado. De hecho, no hemos tenido experiencias capaces de proponer un modelo popular que genere expectativas de una vida mejor”.

Con Milei, la comunicación pública y comunitaria, en particular, “se vio muy afectada”, evalúa. “Argentina atraviesa un período difícil de ataque a los medios públicos, de cierre de la Agencia Nacional pública. Lo que prevalece es el sector privado, el desempleo, los bajos salarios y la pauperización total de la sociedad”, como resultado, los medios comunitarios y sin fines de lucro se encuentran bajo “un gran agujero económico” y la financiación se convierte en un cuello de botella.

En términos de construir y mantener la organización de la comunicación popular, Asta señala como indispensables las alianzas construidas con los sindicatos, con el Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco) y otros vehículos comunitarios. “Los medios de comunicación que están en manos del pueblo tienen su propia lógica. Su construcción es la de la participación, la democracia y un modelo productivo que va en contra de lo que normalmente sucede”.

Nombrar, conocer, poder, acción y realización

"Los grandes avances se consiguen cruzando y eliminando fronteras. Hubo un tiempo, no hace tanto, en que la integración entre nuestros estados parecía casi natural", dijo la abogada feminista Canela Crespo, miembro de Casa Tomada - Coletivo Comunicacional de Esquerda, citando la colaboración en 2006 de los gobiernos de Néstor Kirchner, Lula y Chávez con la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia, promovida por Evo Morales.

"Si esto ocurre dentro del Estado (o al menos ocurría), también debería ocurrir dentro de nuestras organizaciones sociales, movimientos, partidos y activistas y nuestros espacios de comunicación. En Bolivia llamamos a esto 'diplomacia de los pueblos', que es igual o más importante que la diplomacia colonizadora tradicional".

Trayendo a colación la situación política del país, destacó la importancia de los medios de comunicación alternativos e independientes, tanto bolivianos como internacionales, durante el golpe de Estado de 2019, cuando los medios hegemónicos, que recibían publicidad del Gobierno, se volvieron contra Evo. Pese a ello, el financiamiento continúa, "un error que se mantiene", dice, y que se suma a la "postergación de normativas urgentes" y a la "falta de compromiso con la construcción de la comunicación popular".
 

Foto: Priscila Ramos/MST (@cylabg)

Cuenta que una de las primeras medidas que tomó el gobierno de Jeanine Añez tras la renuncia forzada de Evo fue desmantelar el sistema de radios comunitarias del país -que pasó de 180 emisoras a 30- y amenazar con denuncias penales a quien se exprese en contra del gobierno. "Hasta el día de hoy, las radios no han sido restituidas como debían. Es una deuda pendiente", concluyó.

"Sin las radios comunitarias, sin los medios alternativos y sin los medios independientes, quizá hoy no tendríamos suficientes registros para presentar cargos penales contra los golpistas", subrayó. También trajo a colación la tradición histórica de organización comunitaria en el país, cuyos líderes revolucionarios se han articulado "tanto en organizaciones originarias indígenas y campesinas, como en organizaciones obreras y del campo popular".

En Bolivia, dice Crespo, "si vives en el campo y trabajas con la tierra, estás vinculado al sindicato y a la central agraria. Si eres obrero, estás afiliado al sindicato. Si vives en la ciudad y tienes hijos, probablemente formes parte de un grupo de madres y padres o de un grupo de vecinos".

"Realmente es un país politizado", añadió, señalando que todos estos sujetos colectivos están trabajando para fortalecer sus movimientos y, en las últimas décadas, para disputar el poder institucional". Así fue como Evo fue elegido primer presidente indígena de Bolivia, país en el que el 60% de su población se autodeclara indígena.

Miembro de un colectivo de comunicación que se reivindica "de izquierdas y feminista, a favor de la descolonización, la 'despatriarcalización' y la consolidación de un Estado plurinacional", también abordó las formas de hacer comunicación popular: "comunicar debe ser claro, honesto y transparente".

Además, la construcción del relato "no cae del cielo". Tiene que "estar a la altura de las agendas revolucionarias de nuestro pueblo, movilizando aún más a la gente". Es "un pie en la institución y otro en la calle" y desde todos los medios: radio, prensa, plataformas digitales, televisión. En cuanto al lenguaje: hay que desburocratizar y cambiar el lenguaje.

"No nombrar las cosas, sino nombrar el dolor. Pongámosle nombre a este fascismo que nos oprime. Neoliberalismo, imperialismo, capitalismo, patriarcado, colonización y formas de vida mercantilizadas. Sólo nombrando sabemos y sólo sabiendo podemos o podremos hacer algo al respecto. Nombrar, saber, poder, actuar", resumió.

Lecciones cubanas para la comunicación popular

"Estamos ante una guerra por una nueva hegemonía mundial y, me atrevo a decir, ante una Tercera Guerra Mundial", afirmó el periodista cubano Alcides García, director de Videos Crisol y miembro de la Red de Educadores Populares de la Asociación Centro Martin Luther King, quien analizó el tema de la comunicación en la isla.

Excoordinador de la Secretaría de Comunicación de la Secretaría Operativa para la Articulación Continental de los Movimientos Sociales hacia el ALBA (2015 a 2022), García se refirió a la crisis que enfrenta Estados Unidos por su hegemonía ante el ascenso del bloque BRIC, que está creando una nueva reconfiguración de la geopolítica mundial.

"Aunque el conflicto entre Rusia y Ucrania es bélico, el verdadero conflicto es la lucha por la hegemonía global, el nuevo orden mundial que es político, económico, financiero y, sobre todo, un nuevo orden comunicacional, simbólico y cultural", señaló. Ante esto, la integración es una cuestión de urgencia. "No podremos llegar a ninguna parte si no articulamos e integramos", subrayó, mencionando dos aspectos de esta integración: el económico (aún insuficiente) y el comunicativo.

La ecuación es sencilla: una buena articulación en la comunicación lleva a una articulación política y económica, pero cuando sólo se prioriza lo político o lo económico, y la comunicación se considera una "mera herramienta, "acabamos solos". En su opinión, es imprescindible dar sentido político y económico a la verdadera comunicación que exigen nuestros tiempos.

"Los medios alternativos -señala García- suelen estar mucho más cerca de la gente, de la verdad y de la construcción de agendas que surgen del movimiento popular y de su vida cotidiana. Hay que pensar en cómo armonizar los esfuerzos de los gobiernos con los de estos medios alternativos, al menos donde sea posible, recomienda.

Basándose en su experiencia durante los "años de construcción colectiva y reflexión a nivel continental" del ALBA, García destacó tres niveles de comunicación: organizativo, mediático y comunitario.

El nivel organizativo, explicó, se refiere a la construcción de los propios procesos políticos y parte de la reflexión sobre la lógica de comunicación que los sustentará. ¿Qué lógica de comunicación construirá nuestras organizaciones políticas y movimientos sociales? ¿Cómo nos comunicamos internamente con nuestros militantes? Cuestiona la necesidad de construir lógicas de comunicación "dialógicas, participativas, pedagógicas y educativas para construir militancia y poder popular".

El segundo ámbito que menciona son los medios de comunicación. García señaló que los medios alternativos a veces carecen de impacto y efecto en la sociedad. "Es muy importante construir este discurso con la mayoría o nos quedaremos en "soliloquio, hablando entre nosotros, sin disputar la hegemonía como tenemos que hacerlo", enfatizó.

Por último, hizo hincapié en el ámbito comunitario. "Es cómo dialogamos en los espacios de base en los que nos movemos, también como organización y como medios de comunicación. A menudo dialogamos con un público local, estatal, nacional o internacional, y nos olvidamos de dialogar con las comunidades que tenemos más cerca", subrayó.

Mucho más que los medios de comunicación o la construcción de discursos, existe "una maraña de comunicación que hay que pensar estratégicamente". En este sentido, crear redes de comunicación e integrarlas implica "integrar la economía, la financiación y los costes", así como articular los medios y sus agendas, la producción colaborativa, definir énfasis, agendas y campañas comunes".

Venezuela, tierra de comunicadores populares

Directamente desde Venezuela, la politóloga Jennifer Mujica, creadora de contenidos digitales para El Mundo al Revés y Venezuela News, señaló que el 12 de abril se celebra el Día de la Comunicación Popular, "para recordar, cada año, el papel que los medios alternativos y la acción popular han jugado en el establecimiento de la democracia y la constitucionalidad en el país".

El golpe de Estado contra el entonces presidente Hugo Chávez, en medio de la manipulación de los medios tradicionales privados e internacionales, "fue la primera experiencia en la que el pueblo organizado, a través de la comunicación alternativa, restableció el orden constitucional", buscando "formas de romper el silencio informativo y expresar la verdad con megáfonos, mensajes de texto, grafitis, radios comunitarias y otros medios alternativos", señala.

Desde entonces, la comunicación del país se ha abierto a nuevas formas, estrategias y métodos destinados a superar las barreras mediáticas. Chávez, por ejemplo, fundó emisoras de radio (hay más de doscientas en el país), canales de televisión, periódicos populares y comunitarios, además de adentrarse más tarde en la comunicación digital utilizando las nuevas tecnologías de la información "para mejorar y fortalecer la revolución bolivariana y defender la verdad de Venezuela", añade.

Basándose en lo que ha vivido y vive el país, enumeró una serie de medidas que considera importantes para frenar la desinformación: la formación permanente y la democratización constante de la comunicación; la financiación de medios alternativos y la creación de leyes populares que permitan la democratización; la regulación del uso de las redes sociales; la responsabilidad legal de los grandes medios y de las nuevas aristocracias financieras.

También mencionó los principales obstáculos, como la cuestión de los datos y la privacidad en las redes, "en cada país, los ciudadanos tendrán que debatir públicamente sobre el significado de la privacidad y lo que esperan que los gobiernos protejan y las empresas respeten". La cuestión de la justicia y la penalización del uso de la tecnología en acciones de vigilancia y control. Y el dilema del trabajo y los derechos de los trabajadores ante el acelerado ritmo de automatización que está poniendo en riesgo puestos de trabajo en todo el mundo.

Por último, advirtió: sin democratización, "el desarrollo tecnológico podría dar lugar a nuevos brotes de conflicto y agitación política en Venezuela. Hay que darse cuenta de que todos los derechistas y toda la gente se creen los contenidos que ven en internet. ¿Cómo podemos garantizar que tienen información real? ¿Qué podemos hacer para validar la información?".

 

Publicado originalmente en el sitio del Centro de Estudos da Mídia Alternativa Barão de Itararé

Traducido del portugués Javier Tolcachier / Agencia Pressenza