La integración y la solidaridad regional son esenciales para hacer frente a las crecientes asimetrías y disparidades mundiales entre los países desarrollados y los países en desarrollo, subrayó hoy Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), durante el Segmento de Coordinación del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, donde se refirió a las causales y los vínculos entre las variables para reconstruir mejor con una estrategia política integrada.
“Aun cuando la recuperación continúa, la divergencia en las tasas de crecimiento, de vacunación, el estímulo fiscal, el acceso al financiamiento en condiciones favorables y la desigualdad se expresan en profundas brechas de ingresos y riqueza con alta concentración en los países desarrollados y en las élites dentro de nuestros países. América Latina y el Caribe mostrará el menor crecimiento de todas las regiones del mundo y es la región en desarrollo más endeudada”, subrayó Alicia Bárcena durante su intervención.
La máxima representante de la CEPAL participó en el panel Aprovechar las perspectivas regionales para una recuperación inclusiva y resiliente guiada por la Agenda 2030 (Leveraging regional perspectives for an inclusive and resilient recovery guided by the 2030 Agenda) junto a las Secretarias Ejecutivas de las otras cuatro Comisiones Regionales de las Naciones Unidas: Olga Algayerova, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para Europa (CEPE); Armida Salsiah Alisjahbana, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (CESPAP); Rola Dashti, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica y Social para Asia Occidental (CESPAO); y Vera Songwe, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para África (CEPA).
En su presentación afirmó que la región enfrenta realidades distintas entre el Caribe, Centroamérica y Sudamérica, pero todas las subregiones comparten un bajo crecimiento (2,1%), bajos niveles de inversión (19,5% del PIB) menos espacio fiscal, tasas de inflación acuciantes, con alto desempleo (9,7%) e informalidad (57% de la población activa) que golpean especialmente a las mujeres y a los jóvenes; todo esto combinado con una inadecuada protección social y escaso acceso a la salud universal.
Precisó que, de acuerdo al informe anual Panorama Social 2021 de la CEPAL, la tasa de pobreza extrema en América Latina habría aumentado del 13,1% de la población en 2020 al 13,8% en 2021, un retroceso de 27 años, mientras que se estima que la tasa de pobreza general habría disminuido levemente, del 33,0% al 32,1% de la población. Esto significa que la cantidad de personas en pobreza extrema pasaría de 81 a 86 millones, y el número total de personas en situación de pobreza bajaría ligeramente de 204 a 201 millones.
Añadió que la pandemia magnificó los problemas estructurales de baja productividad, vulnerabilidad social y degradación medioambiental en la región, y precisó que, pese a que representa sólo el 8,4% de la población mundial, América Latina y el Caribe ha sido la región más afectada por el COVID-19, acumulando cerca del 30% de las muertes relacionadas con el COVID-19 y el 18% de los casos registrados.
Para repensar el desarrollo y reconstruir mejor, se requiere acceso equitativo a las vacunas, avanzar en la protección social universal, que la economía del cuidado se considere un sector económico para impulsar la recuperación, promover la acción climática y la recuperación verde y la digitalización universal para cubrir a 66 millones de hogares sin conexión a internet con un costo estimado del 1% del PIB, puntualizó Alicia Bárcena.
También es necesario que el financiamiento para la recuperación del COVID-19 y la consecución de la Agenda 2030 se aborden desde dos dimensiones: nacional e internacional.
En el ámbito nacional, los nuevos pactos políticos con reformas fiscales progresivas son los habilitadores necesarios de los nuevos contratos sociales, expresó.
“Es imprescindible combatir la evasión fiscal, que alcanza el 6,1% del PIB regional. Hay que reconsiderar los gastos fiscales, que alcanzan el 3% del PIB regional en ingresos no percibidos, y los regímenes de regalías sobre la extracción de recursos naturales. Además, sólo cuatro países de la región aplican algún tipo de impuesto sobre el carbono: Argentina, Colombia, Chile y México, lo que constituye otra oportunidad perdida para incentivar la transición climática de la región”, señaló la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL.
Sin embargo, reconoció, frente a los impactos de la pandemia, muchos países no pueden hacerlo por sí solos.
Por ello, dijo, “necesitamos una cooperación internacional adaptada a las necesidades de los países de la región, predominantemente de ingresos medios, incluidos los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) del Caribe, que son muy vulnerables al cambio climático”.
En este contexto, destacó algunas de las propuestas relevantes de la CEPAL, entre ellas redistribuir la liquidez mundial a todos los países vulnerables que la necesiten, independientemente de su nivel de ingresos, para permitir una recuperación resistente, además de reformar la arquitectura de la deuda mundial y apoyar instrumentos innovadores para mejorar la capacidad de pago de la deuda y aumentar la resiliencia. Esto incluye los canjes de deuda por clima y el establecimiento de un Fondo de Resiliencia para el Caribe, pero también las cláusulas sobre huracanes, que deberían convertirse en una característica más sistemática de las iniciativas de alivio de la deuda para los países vulnerables.
La CEPAL también propone la creación de una agencia multilateral de calificación crediticia para complementar y contrarrestar el actual oligopolio de las agencias privadas de calificación crediticia.
Finalmente, la alta funcionaria destacó que en la próxima Quinta Reunión del Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre Desarrollo Sostenible que se celebrará en San José, Costa Rica, del 7 al 9 de marzo, se realizará una sesión sobre financiamiento para el desarrollo en la que participarán representantes del Fondo Monetario Internacional, bancos regionales y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) para discutir la emisión de DEGs adicionales, así como fondos de adaptación como el recién creado Fondo de Adaptación climática y Respuesta Integral a Desastres Naturales de la CELAC que cuenta con 4 millones de dólares aportados por México y Argentina, y que espera más contribuciones de los países de la región.
Durante el Segmento de Coordinación del ECOSOC, representantes de los países de América Latina y el Caribe y otras altas autoridades destacaron la labor de la CEPAL y el liderazgo de Alicia Bárcena, quien por 14 años ha acompañado a los países de la región en su camino hacia el desarrollo sostenible, poniendo énfasis en la igualdad en sus múltiples manifestaciones y destacando los desafíos específicos de los países de ingresos medios.
“Gracias por sus logros, sus esfuerzos, sus sacrificios por la CEPAL y por el servicio público”, afirmó Suriya Chindawongse, Vicepresidente de ECOSOC y Representante Permanente de Tailandia antes la ONU.