La Confederación Sindical Internacional (CSI) y su organización regional, la Confederación Sindical de trabajadoras y trabajadores de las Américas (CSA), llaman a la solidaridad de la comunidad internacional ante la crisis política, económica, social que se vive en Haití.
A la inestabilidad política presente en el país debido a la corrupción y la postergación de nuevas elecciones, se sumó en julio de este año el asesinato del presidente Jovenel Moïse, lo que terminó por colapsar el gobierno y sus instituciones dejando a la población haitiana a merced de las bandas armadas que controlan gran parte del territorio. Hoy en día haitianos y haitianas están sujetos a secuestros diarios, violaciones y asesinatos y las pandillas se imponen como actores que controlan hasta los servicios más básicos.
Ante esta preocupante situación, se ha sumado en las últimas semanas la crisis energética debido a la falta de combustible. Más de 70 personas fallecieron tras la explosión de un camión que transportaba gasolina en la Ciudad del Cabo Haitiano y la falta de recursos materiales y humanos en los hospitales hizo aumentar la cantidad de víctimas.
A pesar de los llamados de solidaridad del movimiento sindical, los problemas estructurales y la agudización del ambiente de inestabilidad hacen insuficientes las respuestas. Por estos motivos es fundamental que la comunidad internacional acuda de manera urgente para atender la realidad del país en estos momentos donde todas las instituciones han dejado de funcionar y el pueblo y el territorio están prácticamente con un gobierno inexistente bajo el control de bandas criminales.
La CSI y la CSA, en apoyo a sus centrales afiliadas en el país, realizan un llamado a la comunidad internacional para visibilizar la situación que está atravesando este país. Apoyamos plenamente al pueblo haitiano en sus esfuerzos por restaurar la democracia, el estado de derecho y el respeto por los derechos humanos y sindicales. Reiteramos la importancia de que poderes externos no intervengan. Debemos acompañar al pueblo haitiano durante este momento de profundización de la crisis, pero respetando su derecho soberano a definir el futuro del país.