Que las aguas que viene agitando el colectivo de mujeres feministas a nivel global trae consigo movimientos fuertes y necesarios para cualquier sociedad que se pretenda equitativa, ya no es ninguna novedad. Organizadas para defender sus derechos y plantarse frente a un ¨supuesto¨ orden establecido, las mujeres se reúnen detrás de diferentes causas que responden al mismo paradigma: igualdad de oportunidades y un freno al machismo reinante que no diferencia fronteras ni espacios.
Un informe del Foro Económico Mundial (WEF), relata que hasta el 2020 serán creados cerca de 1,4 millones de nuevos empleos y el 65% de los niños que hoy están en la escuela primaria trabajarán en funciones que aún no existen. Sin lugar a dudas, los líderes de negocios y de gobiernos deben tomar nota.
Estamos frente a grandes oportunidades de crecimiento profesional. Sin embargo, las mujeres siguen siendo minorías en términos de desarrollo en áreas como la ciencia y la tecnología. En los Estados Unidos, el Centro Nacional de Mujeres y Tecnología de la Información estima que sólo el 26% de las funciones relacionadas con la informática son ocupadas por mujeres. Otros datos apuntan que el 27% de las mujeres en tecnología sienten que no están evolucionando en sus carreras y el 32% desisten de ese tipo de trabajos en menos de un año.
Las cifras pueden parecer desalentadoras pero lo cierto es que a nivel regional, la semilla de la inclusión digital para las mujeres ya está plantada. Cada vez más están surgiendo iniciativas para empoderar y dar visibilidad a las mujeres que ya están trabajando en tecnología y para incentivar a más chicasa elegir una carrera en el mundo de la tecnología. Algunos ejemplos son la conferencia regional Latinity (que reúne a las mujeres en tecnología en América latina), cuya tercera edición será este año en Colombia. Además, existen grupos de mujeres programadoras y tecnólogas como Chicas en Tecnologia y Las De Sistemas en Argentina; Epic Queen en México y Colombia; Laboratoria en Perú, Mulheres na Computaçao en Brasil y Girls in Tech en Chile, entre otros.
Carolina Hadad, cofundadora de Chicas en Tecnología, asegura que “la participación de mujeres en equipos de trabajo para que se generen mejores soluciones y productos, teniendo en cuenta todos los tipos de consumidores finales”.
“Todavía tenemos que luchar contra ciertos estereotipos culturales que disminuyen la probabilidad de que las mujeres desarrollen una vocación relacionada con la ingeniería o la informática. La tecnología es transversal y está ligada a muchos otros rubros. Nosotras queremos que la chicas empiecen a vivir cada vez más la cultura libre y colaborativa que se da en el mundo del software”, remarca.
Desde Brasil, Camila Achutti, de Mulheres na Computaçao, apunta, ¨vemos un montón de mujeres emprendiendo por necesidad y no por oportunidad. Voy a eventos del sector y la mayoría son hombres. No veo a mujeres emprendiendo en negocios digitales de alto impacto. Si no me equivoco, un 54% de los emprendedores son mujeres, pero es todo offline, con poco margen de lucro y poco potencial de crecimiento. Es el ¨negocito, la tiendita¨. No se le está dando a esas mujeres la posibilidad de involucrarse con tecnología y estamos dejando afuera a las nuevas generaciones, a las niñas y adolescentes”.
Para entender un poco más sobre la importancia de la inclusión digital con equidad de género, desde Chicas en Tecnología, Hadad comenta que “como toda construcción humana, el software que realizamos responde a las subjetividades del equipo que lo crea. Por ejemplo, recién a partir de 2016 los asistentes virtuales (todas mujeres) saben cómo ayudar ante violaciones y situaciones de violencia contra la mujer; los cinturones de seguridad fueron por muchos años más seguros para los hombres. Otro ejemplo: hasta hace no mucho tiempo, el software de reconocimiento facial no identificaba a personas de raza negra¨.
En ese sentido, hay que destacar que los algoritmos son programados por seres humanos y funcionan con datos que no siempre son veraces ni representativos de la realidad. Por ejemplo, la élite de Silicon Valley está integrada en su mayoría por hombres jóvenes de raza blanca y eso afecta a la creación de estas herramientas.
De esta forma queda demostrado que cuanto mayor sea la diversidad de los equipos en términos de género, etnia, clase social y edad, mayor será el impacto de los productos y servicios que están siendo creados por esas compañías.
Bajo este panorama, existen empresas que se destacan por promover una fuerza laboral igualitaria. Una de ellas es Real Trends, plataforma que brinda soluciones de análisis y gestión de ventas a vendedores de Mercado Libre. Esta startup de tecnología mantiene un equilibrio 50 / 50.
Tamylin Trevisan, sales specialist, de Real Trends comenta sobre su experiencia: “Trabajé en algunas empresas con actitudes machistas, muchas veces esas actitudes venían de parte de los líderes, en pequeñas cosas del día a día. Por suerte, las cosas de a poco se están acomodando para que la equidad de género y oportunidades sean mayores¨.
La tecnología necesita de la innovación, y la innovación necesita de la diversidad de miradas, experiencias y habilidades. Sí en un equipo de desarrollo de IT solo hay profesionales con una misma mirada, trayectoria y experiencia, solo van a pensar los problemas de una misma y única forma, por ende van a crear una solución sesgada.
Tanto Carolina, como Camila y Tamylin, desde sus respectivos espacios coinciden en que la clave para disminuir la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres ocupando puestos de tecnología en las empresas es trabajar desde las bases.
Incentivar a niñas y adolescentes de colegios secundarios, mostrándoles que la programación es una manera de influir de forma concreta en sus realidades.
Éste es un momento clave en el que ellas están decidiendo quiénes quieren ser en el futuro, de ahí la importancia también de que haya una red de personas a las que acudir si ellas tienen dudas o preguntas.