El día 18 de junio tuvo lugar en Asunción la II Cumbre de los Pueblos del Mercosur. Las deliberaciones se desarrollaron en la Sala Bicameral del Congreso de la Nación del Paraguay y contaron con la participación de delegaciones de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay y la República Bolivariana de Venezuela.
La cita coincide con la cumbre de Jefes de Estado del Mercosur, ocasión en la que Uruguay asumirá la presidencia pro témpore del organismo subregional.
De particular importancia, al igual que en la I Cumbre de los Pueblos, que se realizó en Mendoza, Argentina en 2017, fue la asistencia de la delegación venezolana, representada por las constituyentes Diva Guzmán León, vicepresidenta de la comisión de Trabajadores y Trabajadoras de la Asamblea Nacional Constituyente y María Alejandra Díaz.
Venezuela se haya oficialmente suspendida del organismo como parte del intento de bloqueo diplomático que impulsan varios gobiernos de derecha, entre los que sobresalen Argentina, Brasil y Paraguay, integrantes del Mercosur.
Aun cuando esta Cumbre de los Pueblos, al igual que en la anterior oportunidad no forma parte del programa oficial, el canciller Nin Novoa señaló como una de las prioridades de la flamante presidencia pro témpore de Uruguay, la realización de la Cumbre Social del Mercosur, cuya última edición se llevó a cabo precisamente en ese país en 2016.
Dicho énfasis social y la necesidad de recomponer los procesos de integración – actitud radicalmente diferente a la ejercida hasta ahora por los ya mencionados socios – fueron explicitadas por el ministro uruguayo, quien señaló como una de las prioridades de Uruguay poner “especial atención en profundizar el proceso de integración política y en avanzar en el proceso de integración promoviendo el desarrollo humano y social integral con una perspectiva de derechos humanos y con la participación de todas las instancias sociales del MERCOSUR.”
Por su parte, la II Cumbre de los Pueblos del Mercosur sesionó bajo el lema “Soberanía y Democracia” y finalizó con la entrega de una Declaración al vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera, para que éste la transmita a los miembros de los gobiernos participantes en la cita de mandatarios.
En el documento entregado por el senador paraguayo y presidente del Frente Guazú Carlos Filizzola, los delegados manifestaron su preocupación por la situación que atraviesa la región, con “la ocupación de fuerzas militares del régimen norteamericano con el objetivo de apoderarse de los bienes públicos, controlar a la población, colocar y apuntalar a gobiernos sumisos a sus designios y reprimir a nuestros pueblos”.
Junto al enérgico rechazo a la asociación de Colombia a la OTAN, el texto señala a los gobiernos de Temer, Cartes y Macri como “autoritarios, ilegítimos y antidemocráticos”, haciéndolos además responsables de políticas de hambre contra los pueblos.
El manifiesto finaliza con una serie de proclamas entre las que se encuentra el firme respaldo al gobierno recientemente reelecto de Nicolás Maduro Moros y la exigencia del cese del bloqueo económico y financiero por parte de EEUU a la República Bolivariana de Venezuela y la reincorporación de pleno derecho de la nación caribeña a la institucionalidad mercosureña.
En otro párrafo se expresa el apoyo al proceso de diálogo en Nicaragua, se insta a los Estados a cesar la persecución judicial contra los líderes políticos progresistas, solicitando la libertad del ex presidente Lula.
Se aboga además en la declaración por la salida soberana al mar de Bolivia y se reivindican los derechos soberanos de Argentina sobre las Islas Malvinas, al tiempo de respaldar al Parlasur como órgano deliberativo y denunciar la ilegitimidad golpista del gobierno Temer y la falta de transparencia en las últimas elecciones en Honduras y Paraguay.
Finalmente se exhorta a “trabajar con más fuerza por la consolidación de la Patria Grande para lograr definitivamente el histórico proyecto de la Gran Nación de unidad y liberación de los pueblos latinoamericanos”.