Los interrogantes que flotaban sobre el futuro del movimiento altermundialista luego del último Foro Social Mundial (FSM) de Quebec de agosto del 2016 parecen comenzar a decodificarse. El Colectivo Brasilero del FSM 2018 ratifica su decisión de convocar en el campus universitario de la Universidad Federal del Estado de Bahía, en la ciudad de Salvador, a un evento mundial temático entre el 13 y 17 de marzo del año próximo.
Propone que el tema central del mismo incluya los Pueblos, Territorios y Movimientos en Resistencia. Y según un comunicado público de inicios de junio, reconoce que “las frases que impregnaron nuestros debates” en estos meses, como posibles lemas fueron: *Resistir es Crear, Resistir para Transformar*; “Resistir es Crear y Transformar, Resistir es Necesario* y, “Resistir es Crear, Existir y Transformar”.
Dicho Colectivo reúne ya una centena de organizaciones y “sigue en crecimiento”. Y será gestionado por un Grupo Facilitador compuesto por 20 miembros, representantes de “organizaciones y movimientos sociales bahianos, de entidades brasileras presentes en el Consejo Internacional y de organizaciones y movimientos de dimensión nacional representativas de la diversidad de las luchas”.
Saliendo al cruce de toda crítica sobre una eventual manipulación político-coyuntural de la convocatoria bahiana, los organizadores recuerdan que, si bien 2018 será un año electoral en el país sudamericano, la autonomía de la sociedad civil está asegurada.
A pesar de los comicios nacionales del 7 de octubre del 2018, “la autonomía de los movimientos sociales” que participan de la convocatoria, “será preservada, en consonancia con la Carta de Principios del FSM” (documento fundante de referencia de 14 puntos de junio del 2001), ratifica el Colectivo Bahiano. Quien anticipa que en conjunto con el Consejo Internacional se busca la participación amplia de los movimientos sociales de los diferentes continentes.
Visión de uno de los “fundadores”
En un texto recién enviado al Consejo Internacional para su discusión, Francisco Chico Whitaker, uno de los fundadores del Foro Social Mundial afirma que esta convocatoria “es una prueba de la voluntad de movilización planetaria para superar el capitalismo a pesar de su avance avasallador en el proceso de globalización de la economía”.
Y recuerda que doce años después de la caída del Muro de Berlín (noviembre 1989), la convocatoria del primer evento del FSM en Porto Alegre en enero del 2001, vino a confrontar el pensamiento único que pretendía vender la idea que “fuera del mercado no hay alternativa”. Tuvo un impacto simbólico y de comunicación extraordinaria porque “organizamos este evento a favor de Otro Mundo Posible, en la misma fecha y en paralelo al Foro Económico de Davis”, recuerda Whitaker en entrevista con este corresponsal.
Los actuales desafíos de los movimientos sociales brasileros – y partidos de oposición- son extremadamente semejantes a los de los movimientos y partidos de izquierda en otras regiones del mundo, en especial en América Latina, pero también en el propio hemisferio norte, asegura Whitaker. Para quien el proyecto de Trump en Estados Unidos, es “solo un ejemplo contundente de lo que sucede en muchos otros lugares, con el crecimiento del fascismo, la xenofobia, y las propuestas de derecha”. Por tanto, es “extremadamente importante un encuentro mundial de militantes promotores de acciones de resistencia para intercambiar experiencias y articular nuevas alianzas”, subraya.
Clarificar conceptos y estrategias
Para el Premio Nobel Alternativo 2006, dos aspectos adquieren una importancia esencial en esta fase de la convocatoria del evento de Salvador de Bahía en 2018: la naturaleza misma del Foro, así como los desafíos actuales y futuros del Consejo Internacional, en tanto instancia facilitadora.
La propuesta bahiana, según Whitaker, se sitúa dentro de la “intuición de un nuevo tipo de Foro Social: los Temáticos”. Que tienen como punto de partida como los demás foros (locales, regionales, nacionales) su carácter de “espacio abierto”, creado de abajo hacia arriba por Comités Facilitadores y por tanto con actividades auto-gestionadas.
En verdad, reflexiona con optimismo, “constatamos que al enfocarse en luchas precisas se llega más directamente a propuestas concretas y articulaciones de acciones”. Por otra parte, los Foros Temáticos, “tienen otra ventaja: nada impide que la gente regrese a sus lugares/regiones/países con rumbos comunes trazados, incluso con Declaraciones Finales”. Sin por ello entrar en contradicción con la Carta de Principios que no autoriza ese tipo de declaraciones cuando se trata de un FSM, general o global.
Nada impide, subraya Chico Whitaker, que este tipo de eventos como el que se convoca en Bahía en marzo del 2018 sea denominado de *mundial* y todos los Foros Sociales son ya internacionales. Y anticipa que es en esta perspectiva y con esta visión que se convocará en noviembre del presente año un Foro Social Mundial Temático Antinuclear en París, Francia.
La multiplicación de Foros Temáticos Mundiales sería un buen método para “apoyar la expansión y la interconexión de todos los otros tipos de foros, en la construcción de grandes redes planetarias necesarias para confrontar eficazmente al monstruo capitalista mundial”, enfatiza Whitaker continuando con su reflexión.
Un camino viable, además, para destrabar el proceso del FSM. “Constatamos que se corre el riesgo con eventos mundiales generales -no temáticos- de caer en un cierto vaciamiento de contenidos, la repetición de *más de lo mismo*, es decir, una cierta burocratización del proceso”, advierte.
La redefinición funcional
La adopción de la estrategia de los Foros Sociales Mundiales Temáticos, “podría ser también un buen mecanismo para resolver en parte el gran problema de la crisis interna que vive hoy el Consejo Internacional del FSM”.
Creado luego del 1er foro de Porto Alegre en el 2001, el Consejo, considerado una instancia de facilitación – y no de dirección o de conducción- desde hace algunos años vive una parálisis creciente.
En su último encuentro de enero pasado en Porto Alegre solo participaron unos 30 representantes, sobre un total de 170 que lo integran, constata Whitaker. Quien en 2015 en Tunes había propuesto, de forma casi provocadora, desintegrar el Consejo Internacional, al que consideraba ya entonces un “elefante pesado” de poca operatividad y casi ninguna capacidad de reacción/proposición.
En esa perspectiva de “racionalidad”, propone Whitaker, dicho Consejo podría reunirse una sola vez por año, durante una semana, para profundizar análisis de coyuntura y proponer nuevos caminos para enfrentar al neoliberalismo. Podrían participar todos los facilitadores de los distintos tipos de foros en el marco del FSM, que se siguen realizando en distintas regiones y con diversas temáticas, “al servicio de la construcción de otro mundo posible”.
Y en el marco de esa reflexión animada, de contenidos, representativa de dinámicas realmente existentes, “se vea necesario y útil, se podría evaluar la realización de un gran Foro Social Mundial abierto a todas las temáticas, para alimentar la esperanza de todos”, sugiere el intelectual y militante antinuclear brasilero.
Revolución de formas; reconceptualización de instancias de las iniciativas altermundialistas… La propuesta de reconceptualización de Chico Whitaker no se detiene solo en formas y funciones. Sino también en simbologías: “¿Por qué no imaginar una primera reunión de ese nuevo tipo de Consejo Internacional, ya en enero del 2018, en paralelo nuevamente al Foro de Davos en una ciudad como Porto Alegre?”, concluye interrogándose.