“Establecer redes entre los activistas no-violentos y el periodismo”, fue el tema del debate celebrado en Milán, en el que se presentó el libro de Pressenza en italiano “Diritti all’InformAZIONE”
Después Turín, Italia, tuvo lugar Milán, en el CAM Ponte delle Gabelle, la segunda presentación del libro “Diritti all’InformAZIONE”, una recopilación de entrevistas, editoriales y fotos que han sido publicadas durante los últimos dos años en el sitio de Pressenza.
En un ambiente cálido y agradable, se dieron las intervenciones, con la moderación de Annabella Coiro, del Centro de No-violencia activa, y una lectura de fragmentos del libro elegidos por los presentadores, a cargo de Patrizia Cecconi.
Comenzó Basilio Rizzo, Concejal de Milán desde hace más de treinta años y Presidente del Ayuntamiento durante los últimos cinco, a quien todos, incluyendo los opositores, reconocen una enorme coherencia, citando dos artículos del libro: uno sobre la ola de activismo que ha despertado el entusiasmo, especialmente entre los jóvenes, de Jeremy Corbyn en Gran Bretaña y Bernie Sanders en la experiencia de los Estados Unidos – que incluso estuvo, durante la campaña electoral del año pasado, en Milán – y otro respecto del actual sistema parlamentario, en el que cada vez más una minoría sirve a los intereses de las multinacionales para gobernar, a pesar del disenso de la mayoría. En este sentido, una cita de un ensayo de Calamandrei, de 1956, resulta tremendamente actual: “Los electos, ahora reducidos a ser empleados de su partido, con espíritu de subordinación aspiran a ganar la buena voluntad de sus superiores, en un régimen en el que la mayoría siempre tiene razón . Pero lo importante no es complacer a los poderosos, sino estar del lado de los pobres, de los que están en desventaja y viven en los suburbios”.
Anna Polo, editora de Pressenza Italia, comentó la difícil búsqueda diaria de un equilibrio entre la denuncia y las noticias esperanzadoras, la búsqueda de las muchas luces, grandes y pequeñas, que iluminan la oscuridad de este momento lleno de violencia, de injusticia y discriminación. Luces representadas por los movimientos sociales, por iniciativas de solidaridad, de redes que se forman gradualmente entre activistas en muchas áreas, que necesitan no sólo ser conocidas, sino también conectarse para salir de su aislamiento y superar el desánimo, siempre al acecho. Ejemplos prácticos se encuentran en todo el mundo e ilustran este hecho, generalmente ignorado por los principales medios de comunicación, que en cambio Pressenza ofrece, buscando ir cada día más allá de los resultados inmediatos y fracasos frecuentes. Una imagen, que a continuación fue recogida en muchas de las intervenciones posteriores, podría resumir las dos tareas fundamentales de los activistas en este momento histórico así como de un periodismo lúcido, no-violento y solidario: estamos como en un mar tempestuoso, y por lo tanto debemos resistir primero la ola de violencia e injusticia que amenaza con llevarse todo, pero también hay que recordar que cada ola rompe y es sustituida por otra que ya se venía formando en su interior. Resulta, por lo tanto, también importante construir la nueva ola, que, con suerte, no-violencia, con paz, derechos humanos y solidaridad, vamos dando forma, cada uno en su propio campo de acción.
También la intervención de Riccardo Noury, portavoz italiano de Amnistía Internacional y colaborador ahora de Pressenza, destacó los momentos de esperanza que se alternan con la denuncia. Por una parte, la alegría de ser capaces de multiplicar con Pressenza el eco de las “buenas noticias” que se pueden recoger cada semana y se van incrementando gracias a la propagación inmediata, y por otra, la denuncia de -por ejemplo- la despreciable campaña de difamación contra las ONGs que salvan vidas de inmigrantes en el mar, la tipificación de la solidaridad como delito, la negación de la belleza y del bien, todo lo cual es necesario y urgente combatir.
Anita Sonego, Concejal de Milán y presidente de la Commissione Parti Opportunità durante los años de la alcaldía a cargo de Pisapia y actualmente co-presidenta de la Casa de la Mujer, expresó un reconocimiento similar por la velocidad con la que se fueron publicando sus intervenciones en el Consejo Municipal por parte de Pressenza y declaró que se reconoce en la cita de Dante que da inicio al libro, aquello de “encontrarse en un bosque oscuro”, que resume muy bien la tendencia oscura de este tiempo y la confusión que a veces hace presa en nosotros. Tomó una de las ideas más de fondo de Pressenza: la de la transición dolorosa y difícil al dar un salto cualitativo como especie humana – en la que la superación del patriarcado juega un papel muy importante – a fin de arribar a un gran humanismo que supere los escombros actuales con una visión que nos de la fuerza para soportar este momento y seguir adelante.
Vittorio Agnoletto, médico, ex eurodiputado y ahora profesor de la Facultad de Ciencias Políticas en Milán, se basó en una entrevista a Susan George sobre el TTIP y sus nefastas consecuencias, para enfatizar la importancia de una visión amplia y global, que va uniendo lo que sucede en diferentes países y subraya el choque continuo entre los derechos y los beneficios, así como la importancia de las reglas y los intereses comerciales que dominan el mundo. Todas cosas ignoradas por el periodismo que actualmente ha prácticamente abandonado su rol de denuncia e investigación. Retomó el tema de las experiencias positivas de sensibilización y concluyó recordando que las olas del mar histórico no se dan como un hecho espontáneo, sino que se forman por acción de los vientos y por lo tanto, se necesitan personas con grandes pulmones, que sepan cómo soplar con fuerza: en ese sentido, Pressenza y su fe en la “nueva ola” resultan muy adecuadas para la salud.
Jorge Carazas, argentino activo en la organización humanista Convergencia de las Culturas y en las distintas redes que se ocupan de los migrantes, recuerda con indignada pasión al “nuevo drama de los desaparecidos”, de las 37.000 personas, entre ellos muchos niños, que han desaparecido desde el año 2000 en el Mediterráneo, que se ha convertido en una enorme fosa común, así como la acción tenaz para denunciar este horror. Muertes que tienen una responsabilidad clara: la Unión Europea con sus directivas, los muros, los acuerdos con regímenes dictatoriales a menudo para “externalizar” las fronteras y la absurda distinción entre migrantes económicos y refugiados. Todas las cosas no dichas y minimizadas por los medios de comunicación. Para contrarrestar estas políticas definidas como abiertamente fascistas, están las redes de organizaciones activas en el área que desempeñan un gran trabajo no sólo de ayuda y asistencia a los migrantes, sino también de integración y diálogo con el resto de la población.
En resumen, un encuentro caracterizado por la sintonía y un calor que resulta un buen presagio para el presente y el futuro.