El conversatorio desarrollado en Uruguay sobre la necesidad de reflexionar para avanzar en un Acuerdo Económico Comercial Integral Latinoamericano, subrayó la urgencia de repensar la integración en América Latina
Esta propuesta, impulsada por el secretario general de la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), Carlos Álvarez, desnudó los desafíos actuales y del futuro.
También demandó, a través del diálogo plural y las diferencias, buscar consensos para transitar por la actual coyuntura geopolítica, económica, comercial y social.
La presidenta del Comité de Representantes del organismo, Maria da Graça Nunes, preguntó qué postura debe adoptar América Latina para transitar por estas circunstancias y salir adelante de forma eficiente y productiva.
Señaló que el evento fue motivado por la necesidad de reflexionar sobre los rumbos del comercio regional, debido al momento peculiar que vive el orden económico internacional, el cual tiene importantes reflejos sobre nuestra región.
En ese sentido, mencionó factores como el recrudecimiento de medidas unilaterales y proteccionistas, el bajo crecimiento de la economía mundial, la salida del Reino Unido de la Unión Europea y, principalmente, la resistencia de buscar consensos por la vía del multilateralismo.
Podemos decir que las crisis nos ayudan a crecer y son oportunidades, por lo que estamos, acentuó, en un momento propicio para repensar nuestra integración, y perfeccionar y alcanzar consensos que permitan una relación multilateral "más adaptada a las actuales tendencias" de la economía mundial.
El canciller de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, expresó que las transformaciones del escenario internacional alcanzan tal dimensión, y acontecen con tales niveles de velocidad y profundidad, que fuerzan a los países y a los bloques regionales a redefinir y actualizar sus estrategias en todos los terrenos.
Al intervenir en la apertura del encuentro, el jefe de la diplomacia uruguaya apuntó que los campos de la inserción internacional, los acuerdos económicos y el comercio exterior se cuentan entre los más sensibles en el contexto actual y con las mutaciones en curso.
Es pertinente, y de gran ayuda, que desde el espacio latinoamericano se genere una reflexión sobre posibles escenarios y acciones conjuntas, significó.
Para el secretario general de la Aladi, la "coyuntura es dramática a nivel internacional", pero también representa una oportunidad para América Latina de tratar de avanzar en una iniciativa compartida.
Somos -señaló- una comunidad de valores, un activo importantísimo, pero tenemos que cimentar una "comunidad de intereses", la cual se construye con los sectores empresariales, sobre todo los pequeños y medianos que puedan erigir una gama más densa sustentable en nuestra región.
Al referirse al conversatorio "Responder proponiendo. Bases para un Acuerdo Económico Comercial Integral Latinoamericano", sintetizó que este trabajo apunta a canalizar todo el capital construido en América Latina a través de las instituciones, la economía y el comercio.
Al respecto, enfatizó que se trata de cómo eso lo podemos multilateralizar y dar una imagen de región; sabemos que es un trabajo dificilísimo por las asimetrías, las diferencias, pero es muy importante como insumo para los países, apostilló.
Álvarez manifestó que hace 50 años que la región discute cómo dejamos de vender materias primas al mundo y no se pudo resolver solo con estrategias nacionales.
Ahora, opinó, tenemos que probar si perfeccionando los niveles de integración podemos mejorar nuestros sistemas productivos en América Latina, con la búsqueda de complementariedades económicas y productivas.
Consideró que eso no ha sido posible "porque se da la paradoja de que somos muy integracionistas de palabras, pero muy proteccionistas en los hechos".
Esa es una realidad que vivimos muchos años, de mucha retórica integracionista, pero a la hora concreta de integrarnos cada uno defiende el territorio y el Estado nacional, añadió.
Para el director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica de Uruguay, Ignacio Bartesaghi, la propuesta de la Aladi surgió en un contexto nuevo y en el momento adecuado, a partir de las políticas que está implementando el gobierno de Donald Trump.
Tenemos además -comentó en entrevista con Prensa Latina- una Europa bien complicada, que asume un nuevo escenario a partir del Brexit, el cual le generará dificultades en su apertura comercial y negociaciones internacionales, pero también con Estados Unidos, añadió.
Bartesaghi subrayó que estamos en un contexto donde los países latinoamericanos tienen que mirarse más hacia sí mismo e intentar solucionar las barreras que todavía perjudican el libre comercio en la región.
Ello implica -señaló- concretar las relaciones comerciales que restan cerrarse en el marco de la Asociación Latinoamericana de Integración, las cuales son bien interesantes, como por ejemplo, las de México con Brasil y con Argentina, y que avanzan en la profundización de los acuerdos.
ALADI, LA INTEGRACIÃ"N Y AMÉRICA LATINA
Para la presidenta del Comité de Representantes, la Aladi dio una inestimable contribución a la integración latinoamericana y, por sus características de pragmatismo, gradualismo y flexibilidad, se ha mantenido fiel "a su relevante papel de promover, buscar y renovar el proceso latinoamericano de integración".
Valoró en tal sentido, que los elevados niveles de liberalización del comercio intra Aladi representan "un logro nada despreciable", pero a pesar de todo el camino andado, todavía queda mucho por hacer y avanzar en perfeccionar las capacidades de las economías y modernizar dichos acuerdos.
A modo de ejemplo, la brasileña citó los servicios, las inversiones, las compras gubernamentales y el comercio electrónico, el cual tiene este último escaso tratamiento en el universo de acuerdos firmados en el ámbito de la Aladi.
Sintetizó que la región necesita evolucionar hacia una integración productiva y dar prioridad, por la necesaria transparencia, a los temas de promoción del comercio, operación aduanera, la simplificación de procedimientos y dar más previsibilidad en términos de facilitación del comercio.
Asimismo, dijo, es vital hacer propicios los avances en corto y mediano plazos, mediante el acercamiento y el intercambio de actuación conjunta, entre las autoridades gubernamentales y los empresarios.
Carlos Álvarez, por su parte, defendió que es hora ya de que América Latina deje de asumir una actitud defensiva y de ser irrelevante en el contexto mundial como actor político, económico y social.
El exvicepresidente argentino destacó que la integración es un proyecto estratégico que debe tener una diagonal sobre las "oscilaciones y los péndulos ideológicos y políticos" en el continente.
Afirmó, en ese sentido, que en la región siempre vamos a convivir con el pluralismo, la diversidad y las diferencias de modelos de inserción de los países en los mercados mundiales.
Vamos a seguir teniendo un continente heterogéneo, con asimetrías, difícil, pero con esa realidad tenemos que trabajar, indicó.
Significó que la Aladi es un organismo muy adecuado, porque pese a las diferencias y la diversidad se ha podido construir una agenda positiva y de comunes denominadores.
Bartesaghi, en tanto, resaltó que ese mecanismo tiene muchísimas potencialidades de que sea la plataforma para, a través de sus instrumentos de acuerdos de alcance parcial e implementación económica, poder profundizar las relaciones entre los países de la región.
El doctor de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Católica puntualizó que la asociación tiene participación en general en América Latina, con Cuba como parte de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y Panamá como parte del Sistema de Integración Centroamericano.
Recalcó que la Aladi lo tiene todo para hacerlo, "pero lo que se necesita ahora es voluntad política de los Estados" para finalmente avanzar en una agenda que, a todas luces, es la que hay que seguir, pero a veces hay restricciones en los gobiernos para tomar la decisión de abrirse.
* Corresponsal de Prensa Latina en Uruguay.