En la pasada Cumbre de MNOAL realizada en la isla de Margarita, nuestra columnista Jessica Dos Santos que anduvo de corresponsal de la Radio del Sur, se tomó el tiempo para conversar con una de las voces analíticas de mayor criterio sobre temas internacionales que puedan hallarse en la región y en el mundo: Pedro Brieger.
Brieger es un periodista y sociólogo argentino, autor de más de siete libros y colaborador en publicaciones sobre temas internacionales. Actualmente se desempeña como director de NODAL, un portal dedicado exclusivamente a las noticias de América Latina y el Caribe. Ha colaborado y colabora con diferentes medios nacionales como Clarín, El Cronista, La Nación, Página/12, Perfil y para revistas como Noticias, Somos, Le Monde Diplomatique y Panorama. A lo largo de su trayectoria Brieger ha ganado importantes premios por su labor informativa en la radio y televisión.
El resultado de la conversa lo relata Jessica en esta interesantísima nota.
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Durante la XVII Cumbre del Movimiento de los No Alineados, mientras el embajador de Siria ante las Naciones Unidas, Bashar Jaafari, pedía el fin de los ataques imperiales contra su pueblo, cuatro aviones de combate de una coalición internacional encabezada por Estados Unidos, asesinaban a 84 militares del ejército sirio “por error”, “un accidente” que, en palabras del presidente Bashar Al Assad, “duró algo más de una hora”. Ahí estaba Siria, herida, pero haciéndole frente a sus verdugos, clamando justicia ante 120 países, entre los que se encontraban también los principales financistas de su desgracia: Arabia Saudita, Qatar, Turquía.
¿Cómo creer que entre semejante pugna de intereses se logrará la “consolidación del orden internacional, el derecho a la libre determinación, el diálogo, o la reforma de los organismos” que han permitido que tal atrocidad se perpetúe? ¿Qué esperar ante los 21 desafíos contenidos en las 10 páginas de la Declaración de Margarita? Tan hábilmente resumidos que, por momentos, parecieran posibles de alcanzar.
“Creo que no es una pregunta fácil de resolver porque el MNOAL nació en un contexto histórico muy particular: la llamada guerra fría, el conflicto comunismo-capitalismo, EE.UU.-la Unión Soviética, había una división de bloques, la caída del muro de Berlín, la desaparición de la Unión Soviética, llevó a un mundo unipolar, y esto representa un desafío para los No Alineados. ¿Dónde ubicarse? ¿Qué lugar tener? Cuando ya no es el mismo mundo que antes y además está claro que el movimiento está compuesto, siempre estuvo compuesto, por gobiernos de países muy disímiles entre sí, hay gobiernos que claramente pudiéramos alinearlos, y que valga la contradicción, con una corriente progresista, y otros que representan gobiernos muy reaccionarios, hay monarquías, repúblicas, países que están en guerra civil, por lo tanto es muy difícil encontrar una respuesta clara”, nos comenta el periodista argentino, sociólogo, y director del portal de Noticias de América Latina y el Caribe, NODAL, Pedro Brieger.
Sin embargo, Pedro agrega que “el hecho de que el Movimiento esté ahora presidido por un país latinoamericano como Venezuela le va a permitir a Venezuela darle una impronta, pero habrá que ver qué se concreta y qué no. Se resalta que el MNOAL está compuesto por 120 países, altos niveles de población, pero no se habla de su complejo entramado”.
La conversación se desarrolla en el Centro Internacional de Prensa, en la isla de Margarita, entre computadoras y cornetas, huyendo del sonido que nos empaña la grabación, y a veces, solo a veces, los pensamientos; peleando con un wifi intermitente, pero que al menos permanecía en el mismo lugar más tiempo que nosotros. De repente, en la pantalla, en medio de las cabinas telefónicas y los módulos de traducción, vislumbrábamos a algunos jefes de delegaciones proponer enérgicamente una “nueva gobernanza económica” e incluso acabar “con los paraísos fiscales”, pese a que muchos de sus territorios lo son.
Inmediatamente uno recuerda la participación del presidente Chávez en la cumbre realizada en el año 2006, en La Habana: “Un día comenzó el desorden del modelo económico, y la crisis de los 80, la deuda externa, la recesión, se acabó la ilusión del crecimiento y del desarrollo, como cuando un navegante, un avión, un piloto, pierde la brújula; ¿dónde ando?, y cae en un huracán, en una tormenta. Vivíamos de la ilusión neoliberal, fondomonetarista, de ilusiones en ilusiones, la Fata Morgana, aquella visión del Mar Tirreno, que atraía a los navegantes, y los hundía en el fondo del océano, la Fata Morgana, las ilusiones, los cantos de sirena. Pero ya pasó, se acabó la ilusión neoliberal, ahora hemos despertado una vez más a la cruda realidad”. ¿Será?
“Yo no sé si una nueva gobernanza económica se puede concretar dentro del Movimiento de los No Alineados. En el MNOAL hay gobiernos que claramente tienen políticas neoliberales, es más, te diría que la mayoría de los gobiernos o países dentro del movimiento son neoliberales, apoyan y siguen a rajatabla lo que dice el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial. Irán, incluso, está gobernada por economistas liberales o neoliberales en la mayoría de su concepción, hoy tal vez lo político resulte incluso más sencillo que lo económico”, nos dice Pedro. O quizás sea imposible de separar, pienso yo.
Y ante esto, ¿no tiene nuestra región nada novedoso que aportar? ¿Qué pasó con la pasión del Sur por el Sur?: “Dentro del MNOAL, la corriente progresista, como nosotros entendemos el progresismo en América Latina, es muy débil, muy pequeña. A mí, a nivel latinoamericano, me gusta la frase acuñada por Alfredo Serrano Mancilla, “un continente en disputa”, creo que claramente vemos un continente en disputa donde las fuerzas políticas conservadoras están retomando la iniciativa política, la crisis en el Mercosur es un claro reflejo de esto, poderes de Brasil, Argentina y Paraguay han logrado arrastrar a Uruguay en el intento de aislar a Venezuela y provocar su salida del Mercosur. Será interesante ver cómo maniobra Venezuela para evitar una ruptura de este organismo ¿no?, pero bueno, lo único que no se puede predecir es el futuro”, nos dice Pedro Brieger.
¿Será por eso, Pedro, que hemos perdido las últimas batallas, que ofrecimos el corazón y la recompensa no llegó a la zona de promesas?: “Quizás. Está claro que la corriente conservadora ha tenido en estos últimos meses, este último año, o yo diría que desde las presidenciales en Argentina, avances importantes: la elección de Macri, el triunfo de la oposición en la Asamblea venezolana, la destitución de Dilma Rousseff, el revés electoral de Evo Morales, y esto los ha envalentonado. Ahora más que nunca somos un continente en disputa, y las alianzas tejidas entre el gobierno de Venezuela con Brasil o con Argentina se van a ver muy debilitadas, va a ser muy difícil que continúen proyectos en conjunto. Hay algo que a veces la gente no percibe y es que los acuerdos no son algo abstracto, es decir, son un trabajo real y conjunto, y restarles contenido o recursos económicos hace que se resienta el proyecto en común, creo que ahí es donde vamos a ver primero los cambios, proyectos que se van a ir debilitando, desapareciendo, y cada vez va a haber menos posibilidades de trabajar juntos, no solamente en el ámbito diplomático sino también en otros puntos más concretos”, responde con calma.
Entonces yo, que aún no manejo con tanta serenidad las curvas, los saltos, retrocesos, y accidentes históricos, insisto en cuestionarme ¿por qué apostamos tanto por cosas que carecían de durabilidad?, ¿somos un Caribe que baila al son de Héctor Lavoe, pero olvida que “todo tiene su final, que nada dura para siempre”?, ¿realmente nos sorprendió que Mauricio Macri anunciara y concretara la salida de la de señal de teleSUR?, ¿no era más oportuno conectarnos, como pueblos, de otra forma?: “Lo popular a nivel latinoamericano es mucho más complicado que lo que se hace a nivel de gobiernos, tejer vínculos entre pueblos es más complejo, hay muchos sindicatos, muchísimos movimientos populares, cada uno con su historia. Pero además a mí me parece que tejer alianzas, crear medios de comunicación regionales y organismos regionales sí ha sido positivo, la ampliación de Mercosur, la creación de Unasur, e incluso la Celac, aun con todas las dudas que tuvimos en el momento de su lanzamiento, o a pesar de que hoy en día no está teniendo una participación muy destacada, más allá de haber participado en los acuerdos de paz en La Habana. Pero el punto es que los organismos no se construyen de la noche a la mañana, nosotros estamos acá participando en la cumbre de un organismo que nació hace más de 50 años, pretender que espacios con menos de una década de vida ya estén consolidados es infantil, utópico. Por ejemplo, Correa dijo más de una vez que su idea era que la Celac reemplazara a la OEA, era la aspiración, luego los vaivenes políticos hicieron que esto fuera muy difícil, pero el planteamiento está, los organismos nuevos están, y no creo que se puedan ni se vayan a disolver tan fácil”, finaliza Pedro, a la par de que comienza un nuevo capítulo de este complejo pero sabroso ajedrez político.