El Movimiento Popular Patria Grande alertó sobre la articulación de un nuevo Plan Cóndor en América Latina, donde Estados Unidos intenta retomar el control con el apoyo de las fuerzas de derecha.
En un mensaje difundido aquí a propósito de la admisión ayer por la Cámara de Diputados de un pedido de juicio político contra la mandataria Dilma Rousseff, la organización señala que se trata del primer paso para consumar un golpe de Estado.
No se respeta la voluntad de los millones de brasileños y brasileñas que en 2014 eligieron a Dilma como presidenta. Esta decisión es reemplazada por la de un grupo de legisladores que representan al poder económico concentrado y en su mayoría están sospechados de corrupción, subraya.
El texto recuerda que en un procedimiento con características similares fue derrocado en 2012 el gobernante paraguayo Fernando Lugo y puntualiza que se trata de "un nuevo formato para los mismos objetivos: alinear a los países de América Latina y el Caribe con la estrategia de los Estados Unidos".
El imperio -agrega- intenta retomar el control del continente tras una década de articulación entre gobiernos de izquierda y progresistas surgidos, a su vez, como consecuencia de intensas luchas populares contra el neoliberalismo.
En otros momentos históricos, Washington necesitó que las fuerzas militares de nuestros países coordinaran la represión a sus propios pueblos, para instalar gobiernos dóciles a su política. Así nació y se ejecutó el plan Cóndor, señala.
Más adelante manifiesta que en esta época la nueva estrategia es la del llamado "golpe blando", donde se intenta legitimar la destitución de gobiernos inconvenientes por medio de la articulación entre los medios privados de comunicación, sectores del Poder Judicial y el parlamento.
El Movimiento Popular Patria Grande expresó también su solidaridad con el pueblo de Brasil, que está siendo invisibilizado por los medios masivos, y manifestó su preocupación por el curso de los acontecimientos en desarrollo.
Advirtió, además, que el terreno está preparado para avanzar más decididamente contra los gobiernos y los pueblos de Venezuela, Bolivia y Ecuador y para iniciar un nuevo ciclo de ajuste neoliberal sobre todo el continente.