El canciller de Ecuador, Ricador Patiño, celebró hoy el proceso de unidad desarrollado por la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y aseguró que su IV Cumbre concretará un paso más hacia la mancomunidad.
La cita de jefes de Estado y de Gobierno del bloque regional, a desarrollarse mañana en esta capital, tiene este martes en IX Reunión de cancilleres de la Celac un prólogo necesario, según estimó el ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores durante la inauguración.
En la sede de la Unión de Naciones Suramericanas, los cancilleres definirán la agenda de la IV Cumbre, los documentos que serán sometidos a consideración de los mandatarios, la declaración política de Quito, el plan de acción para 2016 y algunas importantes declaraciones especiales.
Para Patiño, la presente Cumbre inaugura otros pasos llenos de esperanzas que con certeza conducirán a los pueblos de la Celac hacia la integración.
El canciller anfitrión recalcó la posibilidad de que los latinoamericanos y caribeños demostremos nuestra capacidad de encontrar, por nuestros propios medios y sin tutelajes, las mejores soluciones a los problemas que nos afectan.
También, recordó que mañana concluye la presidencia pro tempore de Ecuador en la Celac y comentó que en 2015 centraron sus esfuerzos en construir una agenda regional que reúne un conjunto de potenciales acciones, con horizontes claros para que los pueblos palpen los beneficios de la unidad.
El principal elemento de esta propuesta, subrayó, es la erradicación de la pobreza extrema, reto de importancia sustantiva para la sociedad global pues constituye un imperativo moral, un reclamo de la conciencia planetaria que debemos alcanzar en nuestra región.
Pese a logros concretos en el continente, Patiño reconoció que reducir la desigualdad es un desafío complejo que requiere acciones en los sistemas laborales, en los sistemas tributarios, así como en el destino del gasto público, entre otros.
La agenda 2020 de combate a la pobreza extrema no debe ser entendida solo como un conjunto de metas que nos imponemos, y peor, como una competencia entre nuestras naciones, ni como la tarea obligada que cada Estado toma en solitario, sugirió.
Más bien debe ser asumida como un compromiso de hermanos, como una decisión colectiva en la cual una nación apoya y se apoya en las otras para conseguir las metas que todo pueblo aspira a alcanzar, y esto es el fin de la pobreza y la vigencia de la equidad, añadió.
Patiño instó a continuar fortaleciendo la posición común en la lucha contra el cambio climático y a dar pasos a fin de crear una arquitectura financiera regional para que el ahorro de los países latinoamericanos y caribeños se quede en la región y financie sus propios proyectos de desarrollo.