El presidente de la República del Ecuador, Rafael Correa, indicó que la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) debe convertirse en el espacio donde los países de la región confluyan a procesar sus conflictos políticos y no la Organización de Estados Americanos (OEA), cuya sede se encuentra en Washington (Estados Unidos).
La información la dio a conocer en un conversatorio con la prensa extranjera, días antes de que entregue la presidencia pro tempore de la Celac a la República Dominicana, durante la IV reunión de jefes y jefas de Estado, a celebrarse los días 26 y 27 de enero en la ciudad de Quito.
“Ojala la Celac reemplace muy pronto a la OEA”, enfatizó Correa al tiempo de manifestar que resulta inaudito que en pleno siglo 21 América Latina y el Caribe deban ir a Washington a discutir sus problemas internos. “¿Qué sentido tiene ir a discutir nuestros problemas latinoamericanos en Washington?”, preguntó.
Al respecto, el mandatario ecuatoriano manifestó que la región debe conformar un bloque de naciones latinoamericanas y caribeñas para discutir con el bloque Norteamericano anglosajón.
Correa también resaltó la importancia de que la región latinoamericana tenga su propio sistema de derechos humanos. “Nosotros hemos firmado todos los instrumentos de derechos humanos. Estados Unidos no ha firmado nada y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tiene su sede en Washington. Eso es insostenible en el siglo 21”, refirió.
Por otra parte, el líder de la Revolución Ciudadana destacó la ponderación positiva al tema de la integración regional. “Más allá de la orientación política la integración es un denominador común. Se ha demostrado que la integración, la democracia, la defensa de los derechos humanos, son principios, son objetivos que van mucho más allá de la ideología”, acotó al plantear que este tema ha sido muy bien acogido por presidentes de derecha como el caso de Sebastián Piñera y Juan Manuel Santos, por ejemplo.
No obstante, recalcó que el mayor peligro que hoy enfrenta el bloque latinoamericano y caribeño no es el triunfo electoral de las derechas en países como Venezuela y Argentina, sino el “cambio de ciclo económico”, con la crisis internacional, que por los problemas internos que causa, no deja a los jefes de Estado mucho tiempo para pensar en temas más grandes como la integración.