Del 24 al 27 de Enero tendrá lugar en Quito, Ecuador, la IV Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en la que participan 33 estados del continente americano, con la sola exclusión de los Estados Unidos y Canadá.

Desde Córdoba, Argentina, Javier Tolcachier, de la agencia internacional de noticias de Paz y No Violencia Pressenza realiza un análisis sobre los retos que tendrán los participantes de la reunión.

La reunión de los Jefes y Jefas de Estado se producirá el día 27 en el edificio de la Unasur. En la mañana habrá un encuentro a puertas cerradas de los jefes de gobierno, para luego, en horas de la tarde dar pie al debate general. Posteriormente, se adoptarán la Declaración política, el Plan de acción 2016 y las Declaraciones especiales. La Cumbre finalizará con la ceremonia de traspaso de la presidencia Pro Témpore del organismo por parte de Ecuador a la República Dominicana, país que a su vez albergará a la próxima Cumbre.

¿Qué puede esperarse de esta Cuarta Cumbre?

Seguramente se celebrarán los avances en las negociaciones entre el gobierno colombiano y las Farc para alcanzar una paz duradera con justicia social, alentando además a las partes a concluir un acuerdo durante el presente año.

Se destacará como una conquista el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU, exigiendo el levantamiento total del bloqueo a la isla y el cierre y evacuación de la cárcel en Guantánamo.

Uno de los temas centrales será la evaluación de la implementación del Plan de Seguridad Alimentaria, Nutrición y Erradicación del Hambre 2025. En el mismo orden de importancia se discutirá cómo hacer para superar la flagrante desigualdad que azota la región.

Por otra parte, la presidencia saliente impulsará la discusión de la "Agenda 2020" y el Presidente Correa no dejará de destacar el posicionamiento colectivo en la reciente Conferencia de las Partes sobre Cambio Climático COP21 como un signo de fortaleza regional. Otro tema trascendente será el de las migraciones.

Pero también, pese a los avances, sobrevolará la cumbre cierta tensión entre los distintos signos políticos que coexisten bajo el techo de la CELAC: uno que responde a una visión conservadora, mercantilista y dependiente y otro que hace grandes esfuerzos por liberar a estas tierras del sello colonial impuesto por sucesivas dominaciones.

El gran desafío de esta IV Cumbre de la CELAC será entonces mantener con firmeza la mira en consolidar la integración soberana con equidad social y desarrollo sustentables.

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