Más de diez mil personas pertenecientes a unas cien organizaciones de todo el país llevaron adelante la primera manifestación en Plaza de Mayo en el período presidencial de Mauricio Macri. En rigor, el Primer Encuentro de los Pueblos había sido programado antes de las elecciones con el objetivo de “debatir y constituir un programa popular para la vida digna”.
La consigna, elaborada meses atrás, decía: “Dejaremos claro al gobierno que asume cuál es el piso que no toleraremos que avasallen y cuál es el programa por el que saldremos a ocupar las calles cada vez que nuestras voces no sean escuchadas”.
En el actual contexto, esa lucha tiene un significado concreto: la mayoría de las organizaciones perdieron interlocutores en el gobierno macrista. “El resultado de las últimas elecciones terminó de consolidar lo que para muchos constituye el peor de los escenarios posible –dice el texto de la convocatoria–. En este contexto, el mayor riesgo es el de la inmovilidad y por eso consideramos el momento de unificar y desplegar aún más nuestra creatividad, nuestras iniciativas y deseos en un proyecto alternativo de sociedad.”
Desde las 10 de la mañana la Plaza de Mayo alojaba gazebos y carpas en las cuales se llevaron a cabo decenas de asambleas y debates. Cada una de las carpas nucleaba un foro (“Género”, decía una; “Educación” o “Vivienda” decían otras) y en esas reuniones recalentadas por el cansancio del viaje y el impiadoso calor húmedo de Buenos Aires, se escuchaban reclamos y evaluaciones disímiles que marcaron la riqueza del encuentro. “Tenemos que empezar a viajar con nuestras semillas como hacían nuestras abuelas y a crear bancos de semillas –dijo Ana, perteneciente a la comunidad ranquel de Córdoba–. Tenemos autonomía pero vamos al supermercado y compramos polenta con la semilla transgénica de Monsanto”. Ana se quejaba frente a unas cien personas que asistían a uno de los debates en la carpa de Pueblos Originarios, distinguida con los colores de la Whipala, la bandera de los pueblos andinos. Relmu Ñanku, la dirigente mapuche que enfrenta un juicio acusada de herir a una funcionaria con una pedrada, hizo el balance final de este foro.
Del otro lado de la Plaza, en la Carpa de Educación, fue tanta la afluencia que por momentos había dos y tres asambleas simultáneas. “Trabajar por la educación hoy es defender la escuela pública –decía una mujer que levantaba la adhesión de todos sus compañeros–. Porque la escuela pública nos permite la coordinación de las experiencias populares, los bachilleratos populares, el trabajo con las mujeres víctimas de violencia, con los pibes, están todas esas experiencias en un mismo territorio desarticuladas y en nuestra experiencia la escuela pública es el lugar físico y político en el que se pueden articular”.
Por los pasillos y sobre el césped, miles de personas venidas desde los puntos más remotos del país se mojaban la cabeza con baldes de agua o esperaban bajo los árboles su momento de intervenir en los distintos espacios.
El encuentro contó con la participación de referentes sociales y populares como Carlos “Perro” Santillán, que brindó la evaluación de cierre del foro sindical, José “Pepino” Fernández y Madres de Plaza de Mayo. Cerca de las 18 horas, cuando el viento ya hacía más respirable la tarde, empezó a tomar forma un documento conjunto, que se enriquecerá en las organizaciones de base y volverá a debatirse en el próximo encuentro, que no tiene fecha aún, pero que-a juzgar por el optimismo con que se evaluó el encuentro- tendrá lugar apenas comenzado el 2016. «
Un movimiento bien amplio
Si bien en la Ciudad de Buenos Aires la organización que más trabajó para el armado de este primer acto de los pueblos fue el MP La Dignidad, fue muy intensa la actividad de más de cien organizaciones, de las cuales se destacan La Poderosa, el Frente Popular Darío Santillán Corriente Nacional, las organizaciones nucleadas en la Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Izquierda Latinoamericana, Movimiento Emancipador Confluencia La Dignidad-Katari-OPSA, Democracia Socialista, La Emergente, Pañuelos en Rebeldía, Vendedores Libres, la Corriente Popular Juana Azurduy o la Asamblea Permanente por el Agua del Comahue (Neuquén).
También firmaron el documento un centenar de intelectuales y dirigentes como Marcelo Parrilli, Vicente Zito Lema, Norman Briski, Claudia Korol. o Verónica Gago. También hubo estructuras sindicales como el SEOM (Sindicato de Municipales) de Jujuy o SITEA (Sindicato de estatales Autoconvocados) de Mendoza.
Los 13 foros en los que se dividió el debate giraban en torno de las siguientes temáticas: Encuentro sindical, cumbre de naciones y pueblos indígenas, encuentro de mujeres, encuentro antirrepresivo y derechos humanos, encuentro de educación, encuentro de estudiantes, encuentro de comunicación alternativo, encuentro de la cultura popular, encuentro por la tierra y la vivienda, encuentro por los bienes comunes, encuentro de asambleas por el medio ambiente y encuentro de la economía popular.
http://www.nodal.am/2015/12/argentina-mas-de-100-organizaciones-populare...