La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) obtuvo en Venezuela la mayoría parlamentaria como resultado de pacíficos comicios que instalan nuevos escenarios para la Revolución bolivariana.
Al reconocer los datos generales e irreversibles de la consulta número 20 en los últimos 17 años, en la que la derecha ganó 99 de 167 escaños de la unicameral Asamblea Nacional, el propio presidente de la República, Nicolás Maduro, señaló la necesidad de acelerar una profunda transformación económico-productiva.
En un mensaje a la nación, el jefe de Estado consideró el revés temporal del Gran Polo Patriótico como acicate y compromiso para la revisión de los liderazgos y el contacto con las bases a todos los niveles, en todas las responsabilidades.
Es a partir de ahora, opinó, que con esta lección de ética política, el Gobierno avanzará con más fuerza en la construcción del socialismo y de una nueva sociedad.
De acuerdo con el primer boletín del Consejo Nacional Electoral, emitido este lunes, con el 96,03 por ciento del escrutinio, las fuerzas revolucionarias obtuvieron 46 curules, de ellos 24 representantes nominales y 22 por voto de lista de partido.
Maduro felicitó en ese sentido a los diputados elegidos como Cilia Flores (Cojedes), Elías Jaua (Miranda), Diosdado Cabello (Monagas), Darío Vivas y Tania Díaz (Distro Capital)
En el informe del CNE se precisa que de los 19 millones 496 mil 296 venezolanos con derecho a voto, se registró una asistencia del 74,25 por ciento y aún faltan por adjudicar 22 cargos de diputados, incluidos los tres de representación indígena.
Para Maduro, en esta ocasión triunfó la guerra económica, una estrategia para vulnerar la confianza colectiva en un proyecto de país, triunfó circunstancialmente el estado de las necesidades creado por una política de capitalismo salvaje, de esconder los productos, de encarecerlos, una guerra sin parangón, señaló.
Ahora se avecina lo que avalan las leyes venezolanas: con solo la mayoría simple en el órgano legislativo, la derecha podría aprobar el presupuesto nacional y créditos adicionales, designar las autoridades parlamentarias y aprobar leyes ordinarias.
También recibe facultades para impulsar investigaciones a funcionarios públicos, una cacería de brujas que ya anticipó el nuevo diputado y dirigente de Acción Democrática, Henry Ramos Allup.
Mientras, a su turno, el secretario general de la MUD, Jesús Torrealba, se vanaglorió de los "añorados tiempos de cambio", lo que algunos analistas señalan como una previsible arremetida desde el Poder Legislativo para boicotear políticas públicas y desplazar a la actual dirección del país.
Ante esas expresiones de odio, Maduro convocó a las nuevas autoridades parlamentarias a la convivencia, al trabajo conjunto por un mejor país y a respetar la Constitución de 1999.
No menos importante fue el llamado a la unidad popular para reverdecer y desde la adversidad y las dificultades abrir espacios para la vida y la paz, en defensa del pueblo, con conciencia y la Constitución como estandarte.
En esa lógica, el gobierno bolivariano aboga ya por enfrentar con disposición moral y política todas las circunstancias que se avecinan, incluso cuando sus históricos adversarios pretendan imponer un plan para desmantelar el estado social democrático, de justicia y de derecho.
En tal sentido, Maduro instó a los militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela, que también encabeza, a continuar el trabajo casa por casa y a dar lo mejor de sí por el pueblo.
Conminó además a superar el modelo económico dependiente del petróleo para no volver a ser víctimas de chantajes de la contrarrevolución.
La nueva Asamblea Nacional de Venezuela, por instalarse el 5 de enero de 2016 para un período de cinco años, será también otro escenario más allá de la recomposición de fuerzas políticas, del debate y la batalla de la izquierda en defensa de los sectores más humildes del pueblo.
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