Las políticas de transferencia de renta adoptadas por los gobiernos de Suramérica en la última década llevaran a una reducción acentuada de los niveles de pobreza y desigualdad en la región, impactando directamente en los aspectos de los determinantes sociales de la salud y en la organización de los sistemas sanitarios locales.
Para entender ese proceso y puntuar los desafíos intersectoriales que se presentan en el actual contexto de recesión, el Instituto Suramericano de Gobierno en Salud (ISAGS) reunió a expertos de los Ministerios de Salud y del Consejo de Desarrollo Social de UNASUR para el "Diálogo entre las políticas de transferencia de renta y los determinantes sociales de la salud en tiempos de crisis global".
El encuentro forma parte del proyecto "Mapeo de políticas de transferencia de renta en los países de UNASUR", detallado en el Plan Operativo Anual del ISAGS, que tiene por objetivo destacar los resultados de las mismas en la promoción de la salud y los mecanismos de control y participación social.
La reunión formó parte del Plan Quinquenal del Consejo de Ministros de Salud de UNASUR, en lo cual se consensuó como estrategia la "reducción de las inequidades en cada uno de los países miembros mediante la generación de información, articulación intersectorial y la participación comunitaria en la formulación, ejecución y seguimiento de las políticas públicas de la salud".
Los expertos suscitaron una reflexión técnico-política acerca de la importancia de la manutención de los programas de transferencia de renta para el combate a las iniquidades generadas por los determinantes sociales de la salud.
El exministro de Salud y del Desarrollo Social de Uruguay, Daniel Olesker, reiteró que las acciones focalizadas de transferencia se integran a los conceptos de igualdad en salud, en la medida que las mejoras económicas de ingreso a los hogares refuerzan las condiciones sanitarias de vida, al mismo tiempo que posibilitan un tránsito y uso adecuado de los servicios universales.
Recalcó que estas acciones se deben “sumar mejorías en el propio sistema de salud, como el incremento presupuestal en el primer nivel de atención y su distribución con igualdad en los territorios”, dijo.