Una universidad latinoamericana sostenida por redes sólidas de cooperación entre académicos e instituciones de los diferentes países, compuesta por centros diseminados a lo largo y ancho del territorio, pero hilvanados por un mismo propósito: trabajar con la mira fija en los intereses regionales y construir un andamiaje común que funcione como un escudo frente a las presiones externas. Una reivindicación histórica, pero también una decisión estratégica. De eso se trata el proyecto de creación de una universidad de la Patria Grande, impulsado por el rector de la Universidad Nacional de José C. Paz (Unpaz), Hugo Trinchero, que convocó en esa casa de estudios a académicos, periodistas, funcionarios y candidatos al Parlasur para comenzar a debatir la iniciativa.
Trinchero enmarcó la iniciativa en las políticas de integración de los gobiernos populares de la región y señaló como hito la IV Cumbre de las Américas, celebrada hace diez años en Mar del Plata, donde los presidentes latinoamericanos le dijeron no al ALCA, “no a un proceso de integración subordinado a los deseos del imperio, a las lógicas mercantiles, a las lógicas del capitalismo financiero predominante”. “Queremos reivindicar ese posicionamiento como cambio de paradigma en la integración latinoamericana, porque modelos de integración latinoamericana hemos tenido a lo largo de toda nuestra historia, el asunto es desde qué lugar pensamos la integración”, manifestó el rector de la Unpaz.
Trinchero consideró que las universidades “tienden al autocentramiento” y señaló que el proyecto de una universidad de la Patria Grande, que podría llamarse UNasur, aspira a “traccionar” a aquellos académicos, científicos, cátedras, laboratorios y departamentos, cuyo horizonte hoy se encuentra al interior de los muros de la universidad, hacia los intereses comunes de América latina, así como a virar la mirada depositada en los grandes centros académicos europeos o estadounidenses hacia el propio territorio. “Nuestra propuesta epistemológica debería ser la formación políticotécnica de cuadros para este nuevo espacio que es América latina. Debería sostenerse en una matriz de conocimiento anclada en la recuperación y profundización de saberes, experiencias y demandas propiamente latinoamericanas”, apuntó Trinchero.
“La integración regional no es que es importante ni que está de moda, es imprescindible. Si no avanzamos en la integración regional, va a ser muy difícil, por no decir imposible, que alcancemos niveles de desarrollo sustentable, de equidad, de bienestar, de igualdad y de libertad para nuestros pueblos”, levantó la apuesta Jorge Taiana, candidato al Parlasur del Frente para la Victoria, en la reunión que se llevó a cabo la semana pasada en el auditorio Próceres Latinoamericanos de la Unpaz. El ex canciller consideró que, para tener “peso y voz” en un mundo “que se va volviendo multipolar, con traslado de hegemonías”, es imprescindible contar con una mayor sintonía entre países vecinos. Una sintonía que reviste numerosas aristas y que implica, por ejemplo, avanzar en el pasaje de la generalidad de los acuerdos a la toma de decisiones coordinadas y el diseño de políticas específicas. “Hay un aspecto en donde nosotros ya hemos avanzado. Hemos avanzado en la identidad cultural: la noción de Patria Grande, de identidad latinoamericana, el hecho de que los otros nos ven como algo con especificidad. Eso está. Lo que tenemos que hacer es pasar de la filosofía o de la política de la liberación a las políticas específicas que desarrollen la integración. Eso tiene una parte de conocimiento y de investigación, y ése es el sentido de las universidades, que tienen el objetivo de producir y transmitir conocimiento”, añadió.
Los participantes en el encuentro se refirieron al antecedente más directo de la iniciativa, la Universidad Federal de Integración Latinoamericana (Unila), creada en 2010 por impulso del ex presidente brasileño Lula da Silva y situada en la ciudad fronteriza de Foz de Iguazú. De todos modos, aclararon que el proyecto apunta a superar esa primera experiencia, que está sustentada por el esfuerzo solitario de Brasil. Para los propulsores de la universidad de la Patria Grande, se debe pensar en un “esquema más flexible, más ágil” de integración, apoyado de manera conjunta por las diferentes naciones. “No queremos repetir la experiencia de la Unila, que es sin duda valiosa, sino aportar más al concepto de red: una red de universidades que estudien y trabajen sobre políticas específicas para la integración”, resumió Taiana.
Trinchero hasta esbozó la estructura primigenia en que podría basarse la UNasur. La intención es que esté conformada por “centros concentradores temáticos”, ubicados en los distintos países, que podrán contar con una o más facultades o institutos. Cada centro se especializará en algún tema, como política energética, salud o industrias culturales. La agenda de problemáticas y, por ende, los cursos y carreras a desarrollar, surgirán de los requerimientos y prioridades propuestos por los respectivos gobiernos nacionales. En consonancia con las presidencias pro témpore de la UNasur, el rectorado podría tener una localización rotativa.
El encuentro contó con una presencia variada, entre quienes estuvieron la candidata al Parlasur del FpV, Cecilia Merchán; el secretario Legal y Administrativo del Ministerio de Economía y vicerrector de la UNpaz, Federico Thea; la periodista de Página/12 Sandra Russo; el rector de la Universidad Nacional de Quilmes, Mario Lozano; la rectora de la Universidad Nacional de General Sarmiento, Gabriela Diker; la vicerrectora de la Universidad Nacional de San Juan, Mónica Coca, y representantes de otras universidades nacionales. El objetivo primordial fue que el debate se avivara a partir de este primer encuentro y que pudiera organizarse prontamente una segunda reunión, ya con presencia de representantes de universidades de otros países de la región.