La adhesión de Bolivia como miembro pleno del Mercosur en la XLVIII cumbre de Brasilia consolida la fortaleza de este bloque suramericano que se impuso como nuevos retos ampliar el comercio interno y explorar otros mercados.
Los mandatarios de las naciones integrantes del Mercado Común del Sur (Uruguay, Paraguay, Argentina, Venezuela y Brasil) dieron la bienvenida a la zona a Bolivia, con una extensión de un millón 98 mil 581 kilómetros cuadrados y 10 millones de habitantes.
Los miembros de esta asociación resaltaron los resultados económicos de esa nación y el crecimiento permanente que ha tenido, desde la implementación del Modelo Económico Social Comunitario Productivo en 2006, destacó el ministro Luis Arce.
Bolivia ha mostrado, una vez más, que es una economía que crece en medio de la crisis, en medio de la caída de precios y la incertidumbre a nivel mundial, lo cual es muy positivo para el bloque, aseveró.
Desde el punto de vista estratégico y geopolítico, su ingreso abre las puertas a un territorio con una gran dimensión y una relevancia internacional insoslayable.
El protocolo suscrito este viernes acentúa la importancia de esta adhesión para la consolidación del proceso de integración de América del Sur.
A partir de este momento, el nuevo miembro pleno tendrá cuatro años para adecuarse a las normas del Mercosur, lo que implica usar la Tarifa Externa Común, la cual se usa en las transacciones comerciales con terceros países.
La cumbre de Brasilia definió asimismo otros objetivos: la necesidad de flexibilizar las normas y reglas de este grupo con miras a permitir a sus miembros contar con un espacio para adoptar medidas y acciones de acuerdo con las circunstancias.
En ese sentido, el presidente paraguayo, Horacio Cartes, quien asumió la jefatura pro tempore del Mercosur, se comprometió a trabajar en este semestre para eliminar las barreras arancelarias que frenan el comercio dentro del bloque.
Cartes abogó además por presentar a finales de este año una propuesta del grupo a la Unión Europea (UE) para negociar un tratado de libre comercio y defendió también la concretar acuerdos con la Alianza del Pacífico, grupo integrado por México, Perú, Chile y Colombia.
Esta propuesta estuvo avalada por la necesidad de dar un impulso a las economías de esta zona, afectadas por una recesión económica internacional y la frágil recuperación en los mercados de las principales potencias del planeta.
El Mercosur acordó en esta cita prolongar por otros 10 años el Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (Focem), que financia obras en diversas áreas en los países miembros.
Este Fondo desempeño desde sus inicios en 2005 un papel fundamental en la subvención de proyectos que ayudan a reducir las asimetrías económicas entre las naciones del grupo.
La mandataria brasileña, Dilma Rousseff, anunció asimismo que se creará un registro de productores agrícolas de la zona, con el propósito de apoyar, ofrecer financiamientos, mejorar la técnica de los trabajadores de este sector y asegurar la producción de alimentos.
En el plano político, la cumbre dejo claro que no hay espacios para las acciones desestabilizadoras ni aventuras antidemocráticas en la región, y ratificó el compromiso democrático con la paz.
En la cumbre hubo consenso en torno a una propuesta de celebrar una reunión conjunta del Mercosur y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en agosto próximo, en Asunción, para tratar el diferendo sobre el Esequibo entre Guyana y Venezuela.
Con 24 años de lucha por la integración, el comercio entre los miembros de este grupo se multiplicó 10 veces en los últimos 21 años y pasó de cinco mil 100 millones de dólares en 1991 para 58 mil 200 millones de dólares en 2012.
Creado en 1991 con la rúbrica del Tratado de Asunción entre Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, esta asociación creció con el ingreso de Venezuela en 2012 y ahora sumó un nuevo socio, Bolivia.