Organizaciones autoconvocadas, redes, sindicatos y movimientos populares celebraron un debate crítico frente a la Cumbre del G20, aportando la perspectiva de los pueblos y territorios a la búsqueda de alternativas a los desafíos actuales.
Por Colectivo Comunicación - Cumbre de los Pueblos frente al G20
La «Cumbre de los Pueblos frente al G20» reunió a cerca de 700 participantes de todas las regiones de Brasil, Sudáfrica y países de América Latina y el Caribe, que el jueves (14) llenaron el auditorio de la Asociación Brasileña de Prensa (ABI) en Río de Janeiro.
Realizado de forma independiente, autónoma y autofinanciada, el evento fue promovido por un colectivo internacional de organizaciones de la sociedad civil, sindicatos, redes y movimientos populares, en paralelo al programa oficial de la Cumbre de Líderes del G20, que se celebra entre los días 18 y 19 de noviembre en la capital carioca.
Los principales objetivos del encuentro son promover un debate crítico con la Cumbre del G20, buscar alternativas a los desafíos de la situación actual y denunciar las falsas soluciones propuestas por los países miembros del Grupo de los 20 a las múltiples crisis de hoy. La apertura del encuentro estuvo marcada por diversas intervenciones culturales, con maculelê, capoeira, tambores de la Marcha Mundial de las Mujeres y el toré de la Tekoa Ka'aguy Hovy Porã, con indígenas guaraníes de la ciudad de Maricá (RJ).
La economista Sandra Quintela, del equipo operativo que organizó la reunión, hizo un breve repaso del proceso de construcción colectiva de la Cumbre, que incluyó nueve sesiones plenarias nacionales a lo largo del año, así como sesiones plenarias locales y comités organizados en distintas ciudades del país, como Fortaleza (CE). También destacó el simbolismo de la balsa como marca de la Cumbre:
«La balsa significa enfrentarse a los mares salvajes, significa abrir nuevos caminos. Hemos llegado hasta aquí y vamos a seguir fortaleciendo nuestros comités hacia la COP 30, un mundo de justicia, donde la vida esté por encima del beneficio, donde las personas y la naturaleza no estén en venta.»
«Gobernanza capitalista internacional, contextos de guerra, reparaciones históricas contra el racismo y luchas anticapitalistas de los pueblos» fue el tema del panel inicial. Las reparaciones históricas, sociales y financieras debidas al pueblo negro fueron el tema de la charla de la bioquímica y bióloga Cleusa Silva, de la Articulación de Organizaciones de Mujeres Negras Brasileñas y de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas y Caribeñas.
Dice que las luchas actuales de las mujeres negras en el país son expresiones de luchas más generales en el campo popular, como forma de enfrentar la dominación capitalista: «Tenemos que incidir en esta maraña, que viene de este paquete del capitalismo. Tenemos que profundizar en la cuestión de las reparaciones y en el tema del buen vivir, que es de lo que hablamos todo el tiempo: seguridad alimentaria, derecho a la tierra, al agua, a la erradicación de la contaminación».
La escritora y periodista palestino-brasileña Soraya Mislesh habló de la resistencia histórica del pueblo palestino al proyecto colonialista israelí, que comenzó en 1948 y provocó la expulsión o huida de 800.000 personas, en un proceso conocido como la Nakba (catástrofe).
«Cuando decimos que ésta es una lucha central para la humanidad, no es retórica. Es porque lo que está ocurriendo en Palestina es un experimento, es un laboratorio. Israel convierte a los palestinos en cobayas humanas, donde prueba tecnologías para vender al mundo, para el exterminio de pobres, negros e indígenas, como está ocurriendo en Río de Janeiro. La sangre derramada allí sostiene la sangre derramada aquí».
Al final de su intervención, la periodista exigió al gobierno brasileño que rompa «las relaciones económicas, políticas y diplomáticas con Israel. Lo que necesitamos es que Lula rompa relaciones con el Estado genocida de Israel. Nuestra resistencia es legítima, es nuestra tierra. Existimos y resistimos, no nos borrarán del mapa».
El educador popular Dayron Roque Lazo, del Centro Memorial Martin Luther King, dijo que vivimos en una época en que han entrado en crisis los órdenes mundiales emanados de dos posguerras, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría, y que el momento actual expresa la transición del Sur global de un lugar de resistencia a un lugar de disputa por la hegemonía global.
Dijo que la mejor expresión de esto es la emergencia y expansión que representa el grupo BRICS, pero concluyó que en el contexto de la crisis «si no la resuelve la izquierda, la resolverá, como lo está haciendo, la derecha con el surgimiento del neofascismo y de nuevas formas de sionismo»
Plenarios de lucha
Tras el panel inaugural, hubo cuatro plenarios temáticos simultáneos.
En la sesión plenaria «Luchas antipatriarcales y antirracistas para enfrentar las desigualdades», João Batista Carvalho, coordinador estatal del movimiento negro unificado en el estado de Río de Janeiro, subrayó que la lucha de los negros es también anticapitalista «porque este sistema es responsable de la esclavitud. Nuestro acto aquí es luchar contra los señores de la guerra que están reunidos aquí en Río de Janeiro. Para decirles que no hay acuerdo, que no hay participación social, junto a los responsables de nuestra desgracia».
En la sesión plenaria «La lucha anticapitalista y la gobernanza global», los participantes criticaron las políticas de austeridad, la eliminación de derechos laborales y el aumento de las privatizaciones, que se han profundizado en todo el mundo, especialmente desde la crisis financiera de 2008, en un proceso que en los últimos años ha ido acompañado del auge de la extrema derecha.Ana Priscila Alves, de la Marcha Mundial de las Mujeres, señaló que es precisamente la población femenina la más afectada por este recrudecimiento.
«El trabajo de las mujeres es el mecanismo de adaptación a las crisis. Cuando el Estado deja de invertir en salud, ¿quién se ocupa de ella? Cuando no hay escuelas, ni políticas para los ancianos, ¿quién se ocupa de ellos? Existe la percepción de que la vida empeora porque cada vez trabajamos más, trabajo remunerado y no remunerado. Para nosotras, la alternativa tiene que venir de una economía feminista que ponga la vida en el centro y no el beneficio».
Tras las sesiones plenarias, los asistentes volvieron al auditorio de la ABI para compartir los debates y las recomendaciones. El refuerzo del apoyo a la causa palestina fue unánime, así como la importancia de reorganizar los movimientos populares, especialmente con una mayor concientización sobre las reparaciones para los negros. También se destacó el papel de las mujeres y su importancia en los espacios colectivos de lucha.
Al final, los participantes asistieron a una actuación de la Cia de Mysterios e Novidades y siguieron en procesión hasta un círculo de samba en Cinelândia.