Los descartados del sistema, hombres y mujeres, reunidos en este III Encuentro Mundial de Movimientos Populares ratificamos que la causa común y estructural de la crisis socioambiental es la tiranía del dinero, es decir, el sistema capitalista imperante y una ideología que no respeta la dignidad humana.
Somos acreedores de una deuda histórica, social, económica, política y ambiental que debe ser saldada. Para ello, formulamos colectivamente centenares de propuestas derivadas de los diez compromisos que asumimos en el Encuentro de Santa Cruz de la Sierra, en 2015. Todas son importantes, pero para compartir en esta ocasión, afirmamos:
• Queremos recordar a Bertha Cáceres, portavoz de nuestro primer Encuentro, asesinada por promover procesos de cambio y exigimos el fin de la persecución de todos los luchadores populares. Los pueblos defendemos el derecho a la paz, basado en justicia social.
• En la perspectiva de una democracia participativa y plena, proponemos impulsar mecanismos institucionales que garanticen el acceso efectivo de los movimientos populares, comunidades originarias y del pueblo, a la toma de decisiones políticas y económicas.
• En la perspectiva del destino universal de los bienes de la naturaleza, rechazamos la privatización del agua y exigimos que sea considerado bien de dominio público, en línea con la Declaración de Naciones Unidas para que ninguna persona sea privada del acceso a este derecho humano elemental.
• En la perspectiva de una reforma agraria integral y popular, proponemos prohibir el patentamiento y manipulación genética de todas las formas de vida, en particular de las semillas. Ratificamos la defensa de la soberanía alimentaria y el derecho humano a una alimentación sana, sin agrotóxicos, para terminar con los graves problemas nutricionales que sufren miles de millones de personas.
• En la perspectiva de una reforma laboral justa que garantice el acceso pleno al trabajo digno, proponemos implementar un salario social universal para todos los trabajadores ya sean del sector público, privado o popular.
• En la perspectiva de una reforma urbana integradora que garantice el acceso a la vivienda digna y al hábitat, proponemos declarar la inviolabilidad de la vivienda familiar, para erradicar los desalojos que dejan a las familias sin techo.
• En la perspectiva de construir puentes entre los pueblos, proponemos construir una ciudadanía universal que, sin desconocer las identidades originarias, derriben los muros de la exclusión y la xenofobia, acojiendo dignamente a los que se ven obligados a abandonar su hogar.